El documento resume las tres principales etapas de la prehistoria en la península ibérica: el Paleolítico, donde los primeros humanos vivían de la caza, la pesca y la recolección y habitaban en cuevas; el Neolítico, donde comenzó la agricultura y la ganadería y las personas se volvieron sedentarias viviendo en aldeas; y la Edad de los Metales, donde se empezaron a fabricar objetos de metal y surgieron las primeras ciudades con nuevos oficios especializados.