El documento describe la importancia de la conservación de suelos para la agricultura sostenible. La erosión, compactación y salinidad son problemas que degradan el suelo. Se recomiendan prácticas como terrazas, rotación de cultivos y uso de fertilizantes para conservar el suelo y mantener su capacidad productiva a largo plazo. Los organismos del suelo como lombrices y bacterias también juegan un papel clave en la fertilidad del suelo.