EL QUIJOTE.pdf Libro adaptado de la edicion vicens vives de clasicos hispanicoss
Corredor Meditterráneo
1. Suplemento Cultural del Centro
Río Cuarto / Río Tercero / San Francisco / Villa María Miércoles 29 de mayo de 2019 - Año 19 N° 855
pág. 2
El Corredor Mediterráneo
humorsolini
POR HERAlDO MUSSOlINI
pág. 8
ECM entrevista conjuntamente al humorista gráfico Jericles y al escritor Adrián
Demasi a propósito de “Relatos fronterizos”, un libro en el que se pone de manifiesto
de modo desopilante el absurdo en tiempos de la llamada posverdad.
La cabeza de
Mariano Rosas
SERGIO SCHMUCLER
pág. 6 NOTRE DAME,
UN SÍMBOLO HUMANO
Y CULTURAL
La poeta española Isabel Rezmo
reflexiona sobre el impacto y los
efectos que en la cultura ha gene-
rado el incendio que destruyó
parcialmente la catedral de Notre
Dame, una de las grandes crea-
ciones arquitectónicas del gótico
medieval y uno de los monumen-
tos icónicos de la civilización
occidental.
Historia entre
todos
BULNES: Llega la energía
eléctrica, llega el prograso
POR MARTÍN A. TOSEllI
pág. 7
Entrevista a
Jericles y Demasi
Notre Dame
pág. 4
LA COLUMNA
HEROÍNAS INCÓMODAS
Manuela Sáenz,
la amable loca
POR FRANCISCO MARTÍNEZ
HOYOS
Pág. 8
Jericles y Demasi
2. Adrián Demasi y Jericles han llegado a
hermanarse en una dupla que se proyec-
ta como un binomio nacido para sustituir
las lágrimas por una sonrisa y hacer más
llevadera una realidad que amenaza con
la angustia social. Con este nuevo libro,
Jericles y Demasi se perfilan como El
Gordo y el Flaco, Pimpinela o Poncio y
Pilatos (¡ups!).
¿Hacer el humor y hacer el amor es un
mero juego de palabras?
A.D. Es un juego de palabras, sin dudas.
Pero si entendemos al amor como un
sentimiento que busca en otra persona
cierta reciprocidad, podríamos estable-
cer un paralelismo. Al hacer humor, el
humorista intenta despertar una reac-
ción del público en sintonía con el juego
que propone a través del chiste, estable-
ciéndose implícitamente un código que
el receptor tiene que desentrañar. Y la
risa será la pista de que hubo un entendi-
miento entre ambos.
J. Sí.
¿Podrían tentar una definición de humor?
A.D. No es sencillo definir el humor, pero
puede entenderse como una manera de
leer la realidad a través principalmente
del absurdo, de lo extravagante, de lo
mordaz, desafiando lo racional, el curso
“natural” de las cosas, con la interven-
ción de un elemento clave, que es lo ines-
perado, creándose un acuerdo tácito
entre el humorista y el público, que com-
parten por un momento una realidad
diferente.
J. No sabría definirte qué es el humor,
pero cuando hago humor trato de seguir
algunas máximas: que el chiste nos sea
demasiado hermético, que no sea mora-
lista, que haga reír sin caer en el panfle-
to. Obviamente es lo que planifico, des-
pués el chiste se dispara para cualquier
lado. Al respecto, dijo el humorista
Podetti: “Estamos creando un humor
correcto, progresista, didáctico, trascen-
dente… ¡Sólo falta que haga reír!”
En los años sesenta y setenta el humor
cordobés dio un salto cualitativo y obtu-
vo su carta de naturaleza ¿El humor de
Jericles-Demasi es cordobés o cordobés
ríocuartense? ¿Hay diferencias entre
uno y otro?
A.D. Supongo que el nuestro es un
humor cordobés riocuartense, pero sólo
mirando el origen. No me animo a ir más
allá. Le dejo la respuesta a Jericles, quien
compartió y comparte experiencias con
humoristas de la ciudad de Córdoba
J. No es humor cordobés. Creo que es
argentino con algunos códigos de nues-
tra aldea.
El título del libro que acaban de publicar
ya propone la existencia de una tierra de
nadie, un territorio fronterizo, para los
relatos ¿Cuál es la topografía de este
territorio por el cual discurren los rela-
tos del libro?
A.D. La frontera en este caso es una línea
delgada que separa la realidad de la fic-
ción. Varios de los relatos que publica-
mos en este libro pueden convertirse en
crónicas periodísticas verdaderas, como
de hecho ha ocurrido con textos simila-
res que hemos publicado en otras opor-
tunidades. Lo que nos permite afirmar,
como dice el dicho popular, que muchas
veces la realidad supera a la ficción. Me
parece que un atractivo importante de
este estilo que aplicamos para hacer
humor es la utilización del formato perio-
dístico, para presentar a la noticia menti-
rosa como verdadera.
J. Es un territorio límite, falsamente neu-
tral, en el que gracias al humor pueden
convivir la verdad y la posverdad.
¿El libro que ahora edita UniRío, la edito-
rial universitaria, es una continuación de
“Crónicas amarillas” que publicaron en
2011?
A.D. En “Relatos fronterizos” hemos
recurrido a la fórmula empleada en
“Crónicas amarillas”, uniendo los textos
de periodismo ficción con las viñetas
humorísticas de Jericles, que hacen alu-
sión a las temáticas generales aborda-
das, e incluyendo ilustraciones de
Magalú, que articulan el pasaje entre lo
textual y los dibujos.
J. Podría decirse que sí. El mismo tono de
los relatos –a los que se agrega la madu-
rez que te dan los años- el mismo relator,
el mismo humorista y la misma ilustrado-
ra. ¡Imposible que salga un producto dis-
tinto!
Por el antecedente y el contenido de
“Relatos fronterizos” se diría que el
terreno abonado para vuestro humor es
el anacronismo ¿qué los llevó a este
recurso?
A.D.Sí, pero no solamente. Apelamos a
varios recursos, con el propósito de
hacer reír y, en un segundo plano, hacer
reflexionar sobre los temas que trata-
mos.
J. El libro no está escrito ni dibujado en
un solo tono: los distintos temas aborda-
dos hacen que se multipliquen los esti-
los.
El uso del anacronismo los lleva a una
fórmula muy clara que es la del periodis-
mo absurdo, pero en estos tiempos de
posverdad, en el que una mentira opera
como verdad hasta que se demuestra lo
contrario ¿pretenden competir con el
periodismo que practican los actuales
medios de comunicación?
A.D. Es una manera de confrontar con el
periodismo “posverdoso” actual, de tal
manera que pueda reflexionarse tam-
bién sobre las mentiras presentadas
como verdades en varios medios, funda-
El Corredor Mediterráneo / Página 2
Entrevista a
Jericles y Demasi
Jericles y Demasi
Por Antonio Tello
3. mentalmente en los hegemónicos, que
manipulan lo que ocurre en la sociedad,
cuando no inventan lisa y llanamente
acontecimientos, con el propósito de
defender sus intereses empresariales,
políticos e incluso personales de sus
directivos.
J. El libro no está escrito ni dibujado en
un solo tono: los distintos temas aborda-
dos hacen que se multipliquen los esti-
los.
Imagino que la Agencia de abrazos ten-
drá una gran actividad este próximo
invierno…
A.D. No te quepa dudas. Con el precio del
gas y de la electricidad habrá que abra-
zarse más para enfrentar al frío.
J. - Esperemos. Este invierno promete
ser crudo en todos los sentidos, y nos va
a hacer falta.
Si hace un momento hablábamos de la
posverdad, ¿qué me dicen de la correc-
ción política? ¿en qué medida ésta ha
afectado las formas de hacer humor?
A.D. Depende del humorista, de su per-
meabilidad a los cambios que se produ-
cen en la sociedad, a los estándares que
se van imponiendo según la época. Pero
indudablemente hay temas sobre los
que hoy no es políticamente correcto
hacer humor y hasta hace unos años los
humoristas podían tratar sin tapujos. Por
ejemplo, la orientación sexual, el color
de piel, la pertenencia a minorías religio-
sas o étnicas.
J. La incorrección política está en el ADN
del humorista. No tocar ciertos temas
para ser políticamente correcto es auto-
censurarse, con todo lo malo que ello
implica. Igual, hay chistes políticamente
incorrectos muy malos, y otros política-
mente correctos muy buenos.
Recuerdo que hace algunos años, una
revista francesa hizo un chiste sobre
Mahoma y se originó una gran polémica
¿No se puede hacer humor sobre dios,
Jesús, Mahoma o sobre los derechos
humanos, por ejemplo? ¿Hay tabúes?
A.D. Como poder, se puede hacer humor
de todo. Pero creo que si se daña el vín-
culo de la realidad ficticia o paralela que
propone el humorista al público, necesa-
rio para divertirse, ya deja de ser gracio-
so y puede producir rechazo. Y esto se da
según ciertos patrones que se aceptan y
que van cambiando con el tiempo, por-
que la sociedad cambia. Entonces el
humorista tiene que estar atento a esos
cambios y ajustarse para que continúe
existiendo la conexión que propone a los
demás con sus chistes.
J. Se puede hacer humor con cualquier
tema. Ahora bien: si alguien se ríe de
Mahoma en un territorio plagado de
fanáticos musulmanes, debería saber
que algún riesgo está corriendo. Este
tipo de inconciencia lo vivimos acá, cuan-
do hacíamos humor contra los militares
en la época de la dictadura.
¿El lenguaje inclusivo también es tabú?
A.D. Creo que no es tabú. Pasa que esta-
mos nadando en un momento de cam-
bios muy grandes. Aparece un movimien-
to feminista, que a mi juicio es revolucio-
nario, que impulsa cambios en diferentes
planos, también en la estructura de la
lengua. Habrá que ver con el tiempo si
logra modificarla. De hecho el lenguaje
inclusivo se está extendiendo. Yo supon-
go que algunos cambios habrá con el
tiempo.
J. El lenguaje inclusivo no es tabú, sólo el
tiempo dirá cuánto tiene de revoluciona-
rio. En el corto plazo, en el humor gráfico
sería una proeza poder aplicarlo.
Pensar en ese lenguaje como revolucio-
nario ya parece un chiste ¿o es que
hemos entrado en una época de auto-
censura o, como dice un amigo, de cen-
sura en coche?
A.D. Uno cuando se expresa trata de ser
cuidadoso, y eso no está mal. No creo
que esté mal cuidar la relación que tene-
mos con los demás, porque después de
todo ¿qué gana uno con la ofensa?
Podemos decir todo, tendremos que
buscar las formas adecuadas, sin caer en
la autocensura.
J. Censura y autocensura hubo siempre.
En mi caso particular, salvo alguna que
otra excepción, nunca fui censurado. Y
trato de autocensurarme lo menos posi-
ble. Creo que de esa manera honro mi
profesión y a los medios donde publico.
El Corredor Mediterráneo / Página 3
Adrián Demasi y Jericles se unen una vez más en “Relatos fronteri-
zos”(EditorialUniRío,2019),paradescribirconinteligenciaylucidez
los soportes de una realidad fundada en el absurdo de una verdad de
patas tan cortas como una mentira.
4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
No hay espectáculo más terrible que la
ignorancia en acción.
» Johann W. Goethe
0Realmente tendríamos que pararnos a
pensar al leer está frase del gran Poeta y
dramaturgo alemán. La ignorancia en el
ser humano es realmente un peligro,
para uno mismo y para la sociedad.
Y me ha llegado esta frase a tenor de lo
ocurrido con el incendio en la Catedral
de Notre Dame en París.
¿Asistimos al derrumbe de toda una
forma de entender el arte, la vida y la cul-
tura occidentales?
No digo el derrumbe físico, pues lo suce-
dido es una catástrofe, una tragedia que
en cuestión de minutos, ochocientos
años de historia se lo coma el fuego.
Pero el hombre, en su infinita sabiduría y
el dinero, sobre todo este último, podrá
reconstruir tan magno monumento.
Hay otro derrumbe peor, y es la ignoran-
cia, la incultura que se salvaguarda
detrás de los comentarios de mofa, y de
chufla que han aparecido tras ese incen-
dio. Es una sensación de desasosiego,
atendemos a un espectáculo de desa-
rraigo cultural y artístico en la sociedad
actual, más preocupada en el individua-
lismo, y en el consumismo que en luchar
por el ideal del humanismo; luchar por
una sociedad más justa y tolerante.
Recuperar, cuidar y proteger parte de
nuestro patrimonio. Si no somos capa-
ces de realizarlo, nos cargamos la histo-
ria, nuestra riqueza; nuestras raíces.
Lo ocurrido en Palmira hace unos años
es para tenerlo en cuenta: un símbolo
del patrimonio cultural de la humanidad
Con la destrucción del teatro romano y
de las columnas del Tetrápilo, por parte
del Estado Islámico que arrasó la ciudad
antigua. De todos sus grandes monu-
mentos, solo la Ciudadela se conserva en
pie, por motivos fundamentalmente
estratégicos, para resguardar a las mili-
cias yihadistas de los ataques de las fuer-
zas afines al Gobierno sirio. Destruido
Una estructura de mil ochocientos años
de antigüedad. Ejemplos como Palmira y
otros hechos llego a la conclusión que
no aprendemos ni del pasado ni del pre-
sente, y poco podemos ofrecer al futuro
a nuestros hijos. En España no hace
mucho tenemos el ejemplo lo que una
barbarie es capaz de provocar: La
quema y saqueo de Iglesias en los años
de la Guerra Civil, y que las tensiones
políticas actuales están volviendo a plan-
tear en algunos medios, como las redes
sociales como un aire peligroso.
Creo que debemos cuanto menos
ponernos a pensar si verdaderamente
queremos una sociedad ajena a su pasa-
do ¿Pero se puede construir un futuro
sin tener presente el pasado o destru-
yéndolo? ¿Es irresponsable alegrarse
cuando ocurre alguna de estas desgra-
cias?
Voy a tratar de sintetizar lo que repre-
senta y ha representado Notre Dame
para la literatura y para el arte en gene-
ral. No es posible argumentar sin saber;
toda virtud radica en el conocimiento, y
el conocimiento es imperioso `para
hacer una crítica constructiva.
Monumento histórico de Francia y
Patrimonio de la Humanidad desde 1991.
Fue construida entre 1163 y 1245 en la Île
de la Cité y su nombre traduce Nuestra
Señora, por estar consagrada a la Virgen
María. Aunque ha sido restaurada en
varias ocasiones, solo a mediados del
siglo XIX se sustituyeron los arbotantes,
se insertó el rosetón sur y reformaron
las capillas. Su estructura arquitectónica
es una de las joyas del gótico europeo y
por ella ha pasado gran parte de la histo-
ria política y cultural de Francia.
Es un símbolo social, patrimonial y pro-
fundamente humano: trabajo de genera-
ciones, resguardo de historia cultural.
Como recuerda la periodista Constance
Grady, la catedral sobrevivió a una pri-
mera caída de su aguja en 1786, después
de que por siglos su estructura hubiera
sido debilitada por siglos de erosión;
sobrevivió a guerras y asedios de los
hugonotes, a la Revolución Francesa;
sobrevivió, incólume, a la Segunda
Guerra Mundial.
Son muchos los narradores y poetas que
han dedicado líneas al emblemático edi-
ficio. En un artículo editado el pasado 16
de abril desde México apuntaba el gran
referente que ha supuesto en todas las
disciplinas del arte. Puede leerse en
libros como La catedral del Mar, de
Ildefonso Falcones, o Los pilares de la
tierra, de Ken Follet, que se refieren a
recintos en España e Inglaterra, respecti-
vamente.
Dan Brown también es otro escritor que
utiliza las iglesias en sus libros como lo
hizo en el Código Da Vinci, ambientada
en Francia y sitúa una parte de la acción
en la iglesia de Saint Sulpice, una de las
más grandes de la capital francesa des-
pués de Notre Dame.
La novela más mencionada tras el incen-
dio de la catedral ocurrido el lunes es la
que escribió Víctor Hugo: Nuestra
Señora de París. La escribió en 1831
como una forma de proteger no sólo a la
catedral, sino también a las construccio-
nes góticas de la destrucción. Más allá
de esta novela, otros autores han mos-
trado su admiración por el edificio. La
popularidad de la obra condujo a restau-
raciones en Notre Dame en el siglo XIX,
dirigidas por el arquitecto Eugène
NOTRE DAME,
UNSÍMBOLOHUMANOYCULTURAL
La tragedia que ha supuesto el incendio de la catedral de Notre Dame, uno de
las referencias monumentales de la capital francesa, ha dado lugar a una
serie de reacciones que ponen de manifiesto las grandes contradicciones ide-
ológicas del mundo actual y que tensan las ideas de progreso que cimentaron
la evolución de la actual civilización.
Por Isabel Rezmo
5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
Viollet-le-Duc, porque Víctor Hugo puso
de manifiesto la insensibilidad de quie-
nes fueron transformando partes impor-
tantes de este lugar:
“¿Quién derribó las dos filas de esta-
tuas?, ¿quién dejó los nicho vacíos?,
¿quién ha labrado en medio de la puerta
central aquella ojiva nueva y bastarda?,
¿quién osó encuadrar en ella aquella
insulsa y maciza puerta de madera, escul-
pida a lo Luis XV, junto a los arabescos de
Biscornette? Los hombres, los arquitec-
tos, los artistas de nuestros días”, mani-
festó el autor.
Florilège de Notre Dame (Florilegio de
Nuestra Señora), de Pascal Tonazzi,
publicado en 2007, por Arléa Editions,
que no se consigue en español. En su
contraportada se lee: “En su hermoso
Florilegio de Nuestra Señora, Pascal
Tonazzi dio la palabra a más de ciento
cincuenta escritores, poetas, historiado-
res, desde la Edad Media hasta nuestros
días, quienes, en prosa o verso, a través
de novelas, recuerdos, periódicos, poe-
mas o canciones, declaran su amor y fer-
vor por la catedral parisina.
“Villon, Rabelais, Saint-Simon,
Montesquieu, Hugo, Dumas, Balzac,
Zola, Verlaine, Proust, Claudel, Malraux,
Prévert, Aragon, de Gaulle... y muchos
otros, a menudo inesperados, creyentes
o no, todo parecen tocados por una gra-
cia especial cuando evocan la catedral,
nos cuentan su evolución y su lugar en la
historia de los hombres.
“Como afirmó Peguy, ‘con su vestimenta
real y con su majestad’, Notre Dame de
París permanecerá para todos aquellos
que sueñan en las orillas del Sena, ‘una
obra maestra cuyo único pensamiento
nos conmueve y nos transporta’”.
Mahatma Gandhi, en el capítulo Les
grandes âmes (Las grandes almas): “Las
viejas iglesias de París todavía están en
mi memoria. No podemos olvidar su
magnificencia y su paz. La maravillosa
arquitectura de Notre Dame, sus bellas
esculturas y su interior cuidadosamente
decorado no pueden olvidarse. Sentí que
los hombres que habían gastado millo-
nes en catedrales tan divinas no podían
no tener el amor de Dios en sus corazo-
nes”.
En la pintura, la catedral fue fuente de
inspiración para muchos artistas en el
siglo XIX y el XX confirmó esa fascina-
ción en la que participaron creadores
como Manet y Picasso o Matisse y
Hopper. Miles de pintores tomaron su
extraordinaria rotundidad como motivo
para sus cuadros, Los artistas situaban
sus lienzos desde las ventanas de su
estudio frente a la catedral o bien, al aire
libre trabajaban del otro lado de las ven-
tanas del taller, ahí donde sucedía la
vida. Con el impresionismo, recobró
nueva fuerza, y artistas como Monet,
Lebourg, Pisarro, Seurat caían a los
encantos de su luz y de su fuerza.
También Edward Hopper Y Chagall.
En cuanto a la música, es de su origen, la
catedral Notre-Dame y la música no
hicieron más que uno. A fines del siglo XII
. Los maestros y cantores de la época
crearon un estilo audaz de canto de
varias voces superpuestas, que hizo
famosa a la Escuela de Notre-Dame, con
Leonin, Pérotin y sus célebres organa. Se
supone que, en la misma época, se puso
a funcionar el primer órgano de la cate-
dral. Era un órgano positivo pequeño,
que acompañaba al coro en el canto
llano.
En el siglo XIX, en los archivos del capítu-
lo, se comienza a mencionar a los niños
del coro de Notre-Dame, quienes canta-
ban cada día los oficios con los canóni-
gos y, para eso, se les daba una enseñan-
za general y musical en el " cloître Notre-
Dame " o recinto claustral. En 1992, la
Coral de la catedral Notre-Dame de París
fue profundamente reformada en el
marco de Música sacra en Notre-Dame
de París. La coral de música sacra consta
de dos coros distintos: un coro de niños,
unos treinta, y un coro mixto de diez y
seis jóvenes cantores adultos en forma-
ción profesional. Dirigen estos coros
Nicole Corti, Sylvain Dieudonné, para el
canto gregoriano, y Denis Rouger, para
la música de conjunto. La coral Notre-
Dame de París canta cada día el oficio
catedralicio así como dos o tres oficios
dominicales. También, desde el mes de
octubre hasta el de junio, propone con-
ciertos mensuales en la catedral.
Además de estos coros en formación,
dos conjuntos profesionales de solistas
procedentes de la formación profesio-
nal, Carmina Sacra y El conjunto grego-
riano de Notre-Dame de París, participan
en los oficios y se presentan en concier-
tos. Abierta a todos los repertorios de
música sacra, la coral Notre-Dame de
París se dedica sin embargo más particu-
larmente a los repertorios medievales
(gregoriano, Escuela de Notre-Dame...) y
a las músicas de nuestro siglo, entre ellas
a la creación contemporánea.
En conclusión Notre Dame es más que
una catedral, más que un símbolo. Es
algo cargado de humanidad, de vida pro-
pia capaz de envolver a turistas, curio-
sos, artista...poetas...Ciudadanos anóni-
mos. Es algo de todos. Algo que va a tar-
dar en volver a cobrar vida.
Si algo tiene de positivo lo ocurrido es,
reflexionar sobre nuestro papel frente a
la sociedad, al arte, la cultura y qué res-
puesta debemos ofrecer a las generacio-
nes futuras. La tan afamada memoria
histórica, no puede reducirse a aquello
que nos interesa por nuestros ideales; la
memoria es universal, única y debe ser
cuidada, debe trasmitirse para evitar per-
der nuestra identidad.
Notre Dame de París
6. El Corredor Mediterráneo / Página 6
reseñaLa cabeza de
Mariano Rosas
SERGIO SCHMUCLER
Editorial Marea, Buenos Aires, 2018
En una decisión insensata pero conmovedora,
un general Mansilla cansado y enfermo, al
cabo de sus días, decide recuperar la cabeza
del cacique Mariano Rosas, que se exhibe en el
Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
El viaje se planifica desde París, en tertulia de
amigos intelectuales, y quien acompañará a
Mansilla en la gesta, cuidará de él, incluso a
costa de recibir cárcel y heridas, es Meir
Gueiser, un joven anarquista judío.
Las vidas de Lucio V Mansilla y Mariano Rosas
se entrecruzan desde muy temprano. Lucio es
sobrino de Juan Manuel de Rosas, un sobrino
apreciado y cercano al hombre más poderoso
del país en sus tiempos.
Cuando las tropas de Rosas atacaron el pobla-
do indio matando a la mayoría de los habitan-
tes, llevaron prisioneros solo a los niños más
pequeños. Entre ellos estaba Panguitruz Güor,
el zorro cazador de leones —eso quiere decir
su nombre—, el hijo del cacique.
Permaneció en la estancia trabajando con los
caballos, y Rosas vio al niño indio domar los
animales más ariscos, usando solo caricias y
palabras. Se encariñó con él, lo apadrinó y le
puso su nombre cristiano, que luego el cacique
seguiría utilizando.
Lucio Mansilla, apuesto, de prestancia militar,
se educa y se codea con la clase alta del nuevo
país. Gran viajero, lector e intelectual, su afán
aventurero lo lleva a diversos destinos.
Alrededor de 1870 las autoridades pretenden
firmar un tratado de paz con los indios que
ocupan lo que se llamaba “Tierra Adentro”.
Mansilla, a cargo del destacamento donde
ahora se encuentra Río Cuarto, se ofrece para
ir hasta Leubucó para firmar el tratado con los
ranqueles. Esa expedición no tuvo resultados
prácticos en términos militares ni de conquis-
ta, pero permitió a su comandante la escritura
de “Una excursión a los indios ranqueles”,
novela precursora de lo que ahora entende-
mos por periodismo literario, una crónica ágil y
vívida sobre la realidad de la pampa, de tierra
adentro, de la vida de los ranqueles, que tiene
interés hasta nuestros días.
A Mansilla lo fascina la pampa inmensa, el
viento, los medanales, los espacios abiertos, y
también la dignidad de los ranqueles, “los
hombres del caldén”. Observa y describe la
multiplicidad de gentes que encuentra tierra
adentro, una mezcla fascinante de fugitivos,
gauchos y desclasados que fueron raleados de
las grandes ciudades.
Dos veces se encuentran Mansilla y Mariano,
la segunda cuando Mariano muere, con la cer-
teza de la próxima aniquilación de los de su
raza, y recibe un funeral magnífico del cual
Mansilla es testigo.
También es testigo de la muerte de los bos-
ques de caldén a manos del ferrocarril. Donde
antes había un impenetrable monte de calde-
nes ahora hay enormes franjas de nada y a la
vera del camino, una línea que no parece ter-
minar nunca de árboles aserrados. La laguna
se secó y la tierra fue muriendo.
A Mansilla lo persigue un sueño en el que el
coronel Racedo desentierra la cabeza de
Mariano desde su tumba, llena de tierra y
gusanos, para exhibirla como un trofeo, como
un animal capturado en las pampas de Tierra
Adentro, como muestra de poder y de superio-
ridad del vencedor.
El símbolo de la aniquilación de una raza. A los
vencidos, el oprobio y la ignominia. Dice
Racedo, orgulloso de su trofeo: Ni los dioses
de los indios se salvaron. Ni siquiera los muer-
tos se quedan en la tierra.
Surge la comparación, en una reminiscencia
salvaje, del periplo de otra cabeza, la de
Lavalle, cuando las huestes rosistas la persi-
guieron por muchas leguas sin poder alcanzar-
la. Lavalle, el general sin miedo, ya muerto. Sus
hombres protegieron con su vida sus restos
(“no tendrán nunca la cabeza”, dice el músico
Falú muchos años después) pues entregarla
era reconocer la derrota y entregar el alma al
enemigo.
Algo así debe haber razonado Mansilla, o qui-
zás quiso redimirse, pedir perdón a los ranque-
les. Pero no se puede volver atrás, renegar de
su clase, cambiar la historia.
No es afán de justicia lo que empuja al viejo
general, son los remordimientos.
Cuántas máscaras entran sobre un rostro,
cuántas personas caben en una vida.
Como todos los hombres, soy muchos, dice
Mansilla.
Y Mariano le pregunta al padre Donatti:
Explíqueme padre cómo es posible que un
mismo hombre pueda pensar y decir y sentir
cosas tan distintas en una sola vida.
Admirador de Romain Rolland, pacifista y
humanista de comienzos del siglo XX, pensaba
como él que un hombre es todos los hombres,
y se resistía a tratar a los indios como otra cosa
que personas.
Al final de sus días, el hecho más significativo
de su vida cobra relevancia, y las palabras de
Epumer, el hermano de Mariano, suenan como
un mandato: Devolvelo a Leubucó, Mansilla.
Hacé que tu vida sirva para algo.
Aventura delirante destinada al fracaso, triste
final para una vida de quien no supo, no quiso
o no pudo ser fiel a sí mismo, Lucio se apagó
en la oscuridad de una ciudad extraña.
Los dos compañeros de aventuras que tuvo, el
primero Fray Donatti, en la Excursión, y el
segundo, Meir Gueiser en el intento de recupe-
rar la cabeza, guardan peculiares similitudes.
Personajes periféricos que representan amis-
tad, pureza y desinterés, uno desde una reli-
gión entendida como servicio, el otro desde
un anarquismo profundamente humano.
La novela transmite emoción y la complejidad
del protagonista se refleja y se siente. Los capí-
tulos finales, que se refieren a cartas y docu-
mentos, no me parecen necesarios.
Mediante el lenguaje de la ficción o de la poe-
sía se logra más que mostrando cualquier
documento. La literatura permite ver las com-
plejidades del alma humana, penetrar en un
corazón que alberga amor y odio, comprender
las grandes pasiones y describir con fuerza las
infinitas contradicciones de un ser humano.
Ingrid Waisman
7. El Corredor Mediterráneo / Página 7
La provisión de energía eléctrica en
Bulnes tuvo sus orígenes en el año 1921.
La iniciativa para instalar una usina fue
realizada por la empresa “Antonio
Marqués e Hijos” y presentada ante la
“Comisión Municipal” - antecesora del
municipio -. Comienza a funcionar a par-
tir de 1923 y prestar el servicio de alum-
brado público en 1925. Hasta mediados
de la década de 1960 la propiedad de la
compañía transcurrirá entre distintos
dueños y sociedades.
Hacia fines del año 1965 la región suro-
este del Departamento Río Cuarto tran-
sitaba una etapa por demás importante
en materia de desarrollo y progreso
social, económico y productivo. Se inau-
guraban los tendidos de cables de alta
tensión de electricidad que abastecerían
a varias localidades, entre ellas Bulnes y
Coronel Moldes, mejorando la calidad
de vida de sus habitantes y promovien-
do, a la vez, el desarrollo productivo y
económico.
La iniciativa impulsada por las
Cooperativas de Electricidad, Obras y
Servicios Públicos de Bulnes y Coronel
Moldes, los gobiernos municipales de
ambas comunidades, el gobierno pro-
vincial y el nacional alcanzaba los resul-
tados esperados. Los acontecimientos
eran de tal magnitud e importancia local
y regional que el 24 de octubre del
mismo año llegaban para su inaugura-
ción el entonces presidente de la Nación
Dr. Arturo Illia, acompañado por el
gobernador cordobés Justo Páez Molina
y una amplia comitiva de funcionarios
nacionales y provinciales.
Para municipios pequeños de la región
pampeana del sur provincial que los visi-
tara el máximo mandatario nacional
revestía un hecho de importancia
mayúscula. Multitudes de vecinos se
agrupaban para contemplar la llegada
de los funcionarios, que lo hicieron en
tren desde Las Higueras - luego de ate-
rrizar en el Área Material Río Cuarto -,
atravesando Bulnes cerca del mediodía
de aquella jornada en dirección a
Coronel Moldes, donde se inauguró un
parque urbano en su acceso norte y un
grupo generador de 800 HP en la men-
cionada Cooperativa para abastecer de
electricidad a dicha localidad, además de
un almuerzo multitudinario que se brin-
dó para agasajar a los invitados y toda la
población.
Finalizado el almuerzo, el presidente Illia
con todos sus acompañantes se trasla-
daron, nuevamente en tren, a Bulnes
donde fueron recibidos por ingentes
cantidades de vecinos de la zona urbana
y rural, quienes junto al entonces inten-
dente municipal Domingo Gallo inaugu-
raron la línea de alta tensión provenien-
te de la central moldense. También se
inauguraba la Cooperativa de
Electricidad, Obras y Servicios Públicos
“Eduardo Bulnes” Limitada.
Tal avance, de una magnitud sin prece-
dentes para el desarrollo local, significa-
ría una bisagra en la mejora de la calidad
de vida de los habitantes. A partir de ese
momento contar con energía eléctrica
de calidad y en forma permanente per-
mitiría terminar con la dependencia de
un antiguo generador local, el cual pro-
veía de energía eléctrica sólo por algu-
nas horas durante la noche y exclusiva-
mente al área urbana de la localidad. La
propiedad de aquél motor, ubicado en la
calle Uruguay entre Av. Rivadavia y 25 de
Mayo, tuvo diversos dueños, el último
fue Marino Cruccianeli (1951-1965), quie-
nes además tenían a su cargo la puesta
en funcionamiento. No obstante, las
posibilidades de expandir el servicio por
aumento del consumo por la radicación
de industrias o el crecimiento habitacio-
nal estaban muy limitadas.
A partir de aquél importante hecho, la
realidad de los habitantes urbanos de
Bulnes cambió drásticamente. La
Cooperativa local, con el paso de los
años y hasta la actualidad, se fue conso-
lidando como institución y bregó por
mejorar y expandir los servicios a su
cargo - la mejora sustancial en el alum-
brado público y el servicio de pesado
público, son algunos de los ejemplos
que se pueden enumerar -, llegando, con
el tiempo, a tener cientos de kilómetros
de líneas eléctricas rurales en la amplia
zona agropecuaria de jurisdicción bul-
nense.
El trabajo en conjunto con el municipio y
las demás instituciones de la comunidad
dio sus frutos, tras realizar diversas acti-
vidades en distintas instancias de impor-
tancia para Bulnes.
*Esta sección pertenece al programa de
Ciudades Educadoras en el que partici-
pan la Junta Municipal de Historia de Río
Cuarto, Archivo Histórico Municipal de
Río Cuarto, Fundación por la Cultura,
Concejo Deliberante de Río Cuarto y
otras dependencias del gobierno muni-
cipal y la Facultad de Ciencias Humanas
de la UNRC.
historiasderiocuartoentretodos@gmail.com
yhttp://ciudadeducadora.riocuarto.gov.ar/
Historia entre todos
BULNES: LLEGA LA ENERGÍA
ELÉCTRICA, LLEGA EL PROGRESO
Por Martín A. Toselli
8. El Corredor Mediterráneo / Página 8
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La Columna
humorsolini
Por Heraldo Mussolini
Heroínas incómodas
Manuela Sáenz,
la amable loca
Por Francisco Martínez Hoyos
La Historia la ha recordado como la amante de Simón Bolívar.
Como mucho, se la ensalzado como “Libertadora del
Libertador”, por cierta ocasión en que frustró un atentado
contra su vida. Esta visión “romántica” supone un claro reduc-
cionismo. Porque la ecuatoriana Manuela Sáenz (1797-1856)
fue una heroína por sí misma, más allá de su relación con un
hombre poderoso.
Hija ilegítima de un español, el regidor de Quito Sáenz de
Vergara, Manuela adquirió las habilidades que la prepararían
para ser una mujer fuerte y decidida. Leyó a los clásicos greco-
latinos con avidez y aprendió a montar a caballo. Ser una
experta amazona le sería de gran utilidad años después, en los
combates por la emancipación americana.
Su destino tenía que ser el de una respetable esposa. En 1817
contrajo matrimonio con el comerciante James Thorne, a
sabiendas, como le confesaría más tarde a Bolívar, de que la
relación no iba a funcionar. El británico, además de doblarle la
edad, poseía un carácter frío y poco estimulante.
En Lima, el más poderoso bastión del dominio virreinal, nues-
tra protagonista se comprometió con la lucha por la indepen-
dencia. Hizo de espía y sirvió de correo. También ayudó a con-
vencer a los soldados del batallón Numancia, una unidad de
élite al servicio de los realistas, para que cambiaran de bando
con armas y bagajes. Cuando San Martín ocupó la capital
peruana y proclamó la independencia del país, reconoció sus
méritos nombrándola “Caballeresa del Sol”, es decir, miembro
de una orden creada para premiar a los más distinguidos
patriotas.
Su encuentro con Bolívar tuvo lugar en Quito, durante la entra-
da triunfal del venezolano, el 18 de junio de 1822. Se hicieron
amantes inmediatamente. Las cartas entre ambos muestran
una relación tórrida, tempestuosa… y desigual. Manuela
amaba, el Libertador se dejaba amar. Ella desnuda su corazón
con intensidad inigualable, él echa mano en sus misivas de una
retórica que no siempre suena sincera. En los ocho años que le
quedaban de vida no dejó de tener innumerables aventuras
sexuales, aunque también es cierto que, si alguna de sus com-
pañeras pudo convertirse en la mujer de su vida, esa fue la
ecuatoriana. Le faltó poco.
Siempre intrépida, Manuela intervino en las batallas de Junín y
Ayacucho, dos hitos en el camino que conducía a la Libertad. El
general Sucre, al redactar el parte de este último combate, dijo
que se había batido a tiro limpio bajo el fuego enemigo. Bolívar
le otorgó el grado del coronel. Admiraba su audacia, a la vez
que temía su carácter fogoso e imposible de controlar. Sabía
que en un mundo lleno de perfidias y traiciones, ella siempre
estaría de su parte, con una fidelidad inquebrantable. Por eso
le encomendó la delicada tarea de custodiar su archivo perso-
nal. No obstante, por contradictorio que parezca, también la
veía desde un claro sentimiento de superioridad. La llamó
“amable loca”, en un intento de quitar importancia a una fiere-
za indomable que se avenía mal con las consideraciones hipócri-
tas de todo político.
Tras la muerte del “hombre de las dificultades”, Manuela se vio
obligada a exiliarse de Ecuador. El presidente Rocafuerte quería
evitar que se convirtiera en un elemento desestabilizador, pre-
ocupado por la posibilidad hiciera reavivar la llama revoluciona-
ria. Mejor decretar su expulsión que ordenar su fusilamiento. En
los últimos años de su azarosa biografía, la Libertadora del
Libertador pasaría por continuos problemas económicos, en
medio de las visitas de figuras ilustres como Garibaldi, futuro
prócer de la independencia italiana, o el escritor norteamerica-
no Herman Melville. Víctima de la difteria, acabaría enterrada
en una fosa común. Nació así un mito incómodo para los alba-
ceas mojigatos de la memoria bolivariana: su conservadurismo
no entendía de pasiones que desafiaran los convencionalismos.
SUPLEMENTO CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERéS CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE DE RíO CUARTO