La autora describe su experiencia en un diplomado TIT@ para maestros, donde tuvo dificultades iniciales para adaptarse al ritmo rápido de aprendizaje requerido. Con el tiempo, fue haciéndose más hábil en el uso de las herramientas digitales a través de preguntas frecuentes y dedicación extra a la tarea. A pesar de las limitaciones técnicas y la rapidez del tutor, la autora logró comprender mejor los temas a medida que avanzaba el curso. Al final, reconoce haber adquirido
2. Llegando…….
En noviembre de 2014 nos informaron que debíamos entrar al Diplomado TIT@ para completar el cupo de
maestros-estudiantes, ya que algunos docentes con nombramiento provisional no habían sido aceptados por la
Secretaría de Educación Municipal y aunque teníamos muchas expectativas por esta nueva etapa de la
institución, como era su introducción en las aulas digitales, la invitación fue bien recibida por mí, pues tenía la
esperanza de aprender cómo podría mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños a través de estas
nuevas herramientas.
Al principio fue un poco difícil adaptarme al ritmo de trabajo, pues un diplomado exige un nivel de aprendizaje
rápido, casi instantáneo y este ritmo de estudio hacía tiempo no lo tenía. De otro lado nuestro grupo, no asistió
a la primera etapa de socialización.
Ya en el aula nos encontramos con diferentes ritmos de aprendizaje, lo cual hacía difícil la comprensión y el
ritmo de trabajo fué muy lento, amén de las dificultades con la conectividad y los equipos.
El tutor hacía ingentes esfuerzos para hacerse comprender y resolver en el menor tiempo posible todas las
dudas, interrogantes y preguntas, que surgían por doquier.
3. EN EL PROCESO…..
A medida que avanzaban las clases, todo se volvía un nudo en mi mente, preguntaba a uno y otro qué hacer, en
qué tecla hacer click, cómo meterme a tal página etc., pues aunque ya había hecho un curso básico de sistemas, no
le paraba muchas bolas a la tecnología, no por miedo sino por cierta desconfianza, pues confieso que tuve celular
mucho después de mis amistades y familiares, cuando ya sentí la necesidad de comunicarme más rápidamente con
ellos.
Cómo he sido juiciosa con el estudio, lentamente me fui “conectando”, preguntaba, dedicaba cierto tiempo en casa
para repasar, hacer las tareas y retener las dudas e interrogantes para llevarlos a clase, y así poco a poco empecé a
tomarle el ritmo al diplomado y a medida que avanzábamos, fuí enlazando lo aprendido en cada momento y veía la
claridad en los pasos que había que dar para el manejo de enlaces, páginas, etc.
Algunas veces la impaciencia nos ganaba por la falta de una conectividad acorde con el proceso, por la antigüedad
de los equipos y porque el “profe” pasaba rápidamente de un tema a otro, sin poder llevarle el ritmo, sintiéndonos
llenos de interrogantes y con un nivel alto de estrés.
En los intermedios los docentes intercambiábamos opiniones, nos reíamos, escuchábamos los comentarios de uno y
de otro, hacíamos bromas y sobre todo reflexiones que nos llevaron a cuestionar la rapidez del aprendizaje y
asimismo planteárselo al maestro Dielmer, lo que afortunadamente sirvió para que la universidad enviara otro
tutor y así mejorar el acompañamiento y aliviar las cargas de los maestros-estudiantes.
4. TERMINANDO……..
Ya casi finalizando el curso empezamos a sentir el cansancio por la jornada de trabajo con los niños y el diplomado,
el estrés por los trabajos sin terminar, las angustias por la preparación de las clases en situ, en fin, todo lo que ha
conllevado el proceso.
¿QUÉ HE APRENDIDO?
Puedo decir que muchas cosas. Primero que siempre me ha gustado estudiar y explorar; segundo que los
maestros colombianos debemos adaptarnos a las condiciones y momentos de nuestra capacitación y tercero la
urgencia de prepararnos en las competencias del siglo XXI como un elemento importante en nuestro trabajo.
Debo concluir que toda esta aventura de conocimiento, exploración, estrés y de compartir el curso amigablemente
con los colegas, me ha dado nuevas herramientas para aplicar con mis estudiantes y espero con ellos adaptarme a
este nuevo desafío de la educación.
Por último agradezco a los tutores Dielmer Giraldo y Sonia Caicedo por sus aportes y paciencia con nosotros.