Cuando la vida no es tan chula.

José María Olayo olayo.blogspot.com
Cuando la vida
no es tan chula
(en situaciones de discapacidad)

A veces la vida no es tan chula, ni en muchos
momentos de la misma, ni para muchas personas ...

… a las limitaciones propias a causa de una pérdida o
adversidad difícil de superar, hay que añadir aquellas
otras limitaciones que vienen impuestas desde fuera ...

… unas y otras limitaciones llevan a muchas personas a
situaciones de desesperanza, carentes de conciencia
de identidad como protagonistas de su propia vida.

Para demasiadas personas, la vida no es tan chula:
obligados a vivir un trasmundo en el que el desarraigo
es obligado y la vida ya está pautada de antemano
por otros y por otras circunstancias ...

… una vida ordenada por otros y para otros fines,
cargada de demasiados silencios obligados ...

… en la que los prejuicios están subvencionados
y la autoestima sobrevalorada.

Hacer de la vida una chulada depende más
de uno mismo que de los demás ...

… exige compromisos y presencias, un fértil feed-back
entre afectos para poder darnos la razón ...

… aprender a decidir cómo reaccionar ante
los episodios concretos de la vida ...

… centrarnos más en el por qué que en el cómo,
para no perder nunca la rebeldía ni la osadía ...

… abrir ventanas sin que nadie caiga al vacío
y trazar siempre la línea que hay entre
la realidad y la imaginación.

La vida puede ser todo lo chula que uno quiera, a
condición de que se atreva a alcanzar los territorios
que hay más allá de las grandes esperanzas ...

… empujar las fronteras que nos limitan y llevarlas
hasta ese infinito que es la curiosidad ...

… ganar en visibilidad y credibilidad con un mismo
y ante los demás, lograr que nuestras
miradas hagan sus miradas ...

… apostar de veras por uno mismo y arriesgar de forma
heroica en los límites de la verosimilitud.

Solo una vida chula merece la pena ser vivida y estirada:
la clave está en la acción y la decisión ...

… en nuestra capacidad de asumir que el riesgo que
corremos actuando es menor que el riesgo
de quedarnos inactivos ...

… caer en la cuenta de que las excusas solo valen para
huir de la realidad y así evitar enfrentarnos a los
acontecimientos y exigencias de la vida.

Vivir una vida chula exige huir de los esquemas viejos
para afrontar situaciones nuevas, encontrar los
pasadizos secretos de la ironía ...

… avistar nuevos seres y enseres, superar los miedos
que nos muerden y remuerden, avivar los
sentimientos que motivan a la acción ...

… saber cada día que lo difícil siempre empieza hoy,
y que tenemos que colocar los deseos de
autoafirmación por encima de los
sentimientos de inferioridad.

Una vida chula es aquella en la que uno es el
responsable de lo que le pasa, el protagonista
de los errores que preceden a cada logro ...

… el autor de cada presente recordado, capaz
de volver a uno mismo tras cada fracaso
sin asustarse ni lamentarse ...

… el encargado de ensanchar la franja que creamos
entre el ser y el estar, nacer cada día y
no dejar que nadie nos robe la sonrisa.

Vivir una vida chula exige superar el shock de lo
inevitable, usar la vida para hacer ficción y viceversa,
a sabiendas de que nosotros mismos somos ficción ...

… descubrir que la decadencia del ser humano comienza
en el preciso instante en que uno decide no decidir ...

… aprender a poner siempre una sonrisa en medio de
cada adversidad, a conjugar el verbo empatizar ...

… hacernos responsables de las piezas del puzle
de la trama de nuestra vida, envejeciendo sí,
pero haciéndonos al mismo tiempo.

“Cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda,
por más que sea improbable, debe ser la verdad”.
Sherlock Holmes

Cuando la vida no es tan chula.

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