El estudiante se apresuró para ir a la escuela y hacer un examen, pero se dio cuenta de que había dejado su estuche en casa. El profesor notó que el estudiante estaba nervioso y le preguntó qué pasaba; el estudiante explicó que no tenía sus útiles y no podría hacer el examen. El profesor amablemente le prestó su bolígrafo y le dijo que dejara de preocuparse, y gracias a esto y a su estudio previo, el estudiante pudo hacer bien el examen.