En una isla protegida vivía una pareja de torcazas con su polluelo. Tres adolescentes dispararon piedras contra su nido durante 30 minutos, matando a la hembra. Al día siguiente, dos de los adolescentes continuaron atacando el nido, matando al macho. El polluelo quedó solo en el nido. A la mañana siguiente intentó volar pero cayó al suelo donde otros adolescentes lo golpearon hasta matarlo. El cuento critica la destrucción de la naturaleza y la vida silvestre por parte de los humanos.