1. BAÑO DEL BEBE:
• El baño es un tiempo de intercambio entre el niño y los padres. El estar
en contacto ayuda a afianzar el lazo con los hijos.
El contacto piel a piel es muy importante,
es una manera de comunicarse sin
palabras, a través de las caricias y los
mimos, es abrir un nuevo canal de
comunicación a través del contacto.
El bebé necesita del contacto para
crecer y desarrollarse.
2. ¿Con qué frecuencia hay que bañar al
bebé?
• El exceso de baño puede reducir las bacterias naturales con que los
bebés cuentan y hacerlos más susceptibles a las infecciones y
erupciones cutáneas.
Interdiario
Desde que nacen (y antes de nacer), la piel de los bebés crea una capa ácida
protectora de grasa, sudor y gérmenes útiles. Esta capa protege la piel
contra influencias ambientales, gérmenes infecciosos y bacterias
3. NO OBSTANTE…
No podemos descuidar la zona del pañal: aquí la delicada piel del bebé entra en
contacto con bacterias y la humedad puede hacer que aparezcan afecciones diversas.
Otras zonas: el cuello y la zona de la piel con pliegues (axilas, ingles...) también
es delicada, porque aquí se puede acumular suciedad no visible, sudor, pelusillas...
De modo que aunque no bañes al bebé todos los días sí
puedes pasarle una toallita o un paño húmedo
5. LIMPIEZA DEL OIDO:
• El cerumen que producen los oídos tiene la función de proteger al
órgano de elementos extraños como el polvo.
• Durante la limpieza del oído notamos que el bebé tiene algo de cerumen
casi a la entrada del oído, podemos intentar retirarla con un pañito
humedecido sin introducirlo, limitando la limpieza a las partes que
logremos alcanzar y siempre con movimientos hacia fuera.
Limpieza del oído