Actualmente los procesos de transculturación pueden considerarse como resultado de la evolución civilizatoria, creando puentes entre culturas y una integración que da como consecuencia nuevas identidades inclusivas. Tanto América Latina como Europa presentan contradicciones a la hora de definir su identidad cultural y grado de desarrollo transcultural, con Europa mostrando mayor apertura pero ambas con actitudes similares de aceptación del otro culturalmente. Esto es fundamental para tender a la construcción de integraciones culturales a pesar de las fronteras que dificultan