1. DON VÍCTOR
Hace 55 años un huancaíno llegó muy joven a la capital en su alforja y costalito “blanco” traía
ilusiones, unos soles en el bolsillo, para conquistar la gran capital hizo mil oficios, como todo
provinciano pujante, inicio pequeños emprendimiento como vendedor ambulante o lo que se
conoce como el comercio informal en calles y plazas públicas. Tuvo noticias que en el distrito de
San Martín de Porres por el paradero Pilas National había una cooperativa que siempre hacia
actividades sociales, un nuevo colegio al lado con bastante movimiento de personas entre niños,
jóvenes y adultos. Nuestro buen Víctor vio una excelente oportunidad laboral, el trabajar en las
puertas de estas instituciones sociales, es así como su constancia, el respeto, la sencillez, la
honradez, carisma, juventud y jovialidad llamó la atención de los integrantes de la comunidad
magisterial de Sol de Oro.
Estas acciones llegan a oídos de la legendaria Directora Laura Rueda como maestra
experimentada y con buen “ojo clínico” se da cuenta de esas habilidades sociales del personaje
de esta historia, lo toma en cuenta para varias acciones institucionales, le otorga la concesión
de Quiosko, dándose cuenta de que replicaba todas esas virtudes personales que había
observado en el joven provinciano. Es así como se dan las primeras vinculaciones entre la
institución educativa y Don Víctor, también estableció estrechos lazos de amistad con los
fundadores de la urbanización Sol de Oro porque apoyaba en diversas labores domésticas.
Cuenta los veteranos del plantel que cuando la Directora Laura le plantea proponerle como
guardián del colegio, plaza recientemente creada en el plantel, la mamá de nuestro joven
personaje “salto hasta el cielo” fue a increparle a la directora por la propuesta de quedarse en
el colegio a dormir y que intenciones se traía ella con su joven vástago. La reacción de
protección de toda madre es natural para con sus hijos, ante la propuesta laboral no tan clara
por parte de una dama mayor, pero aclarado el asunto, visto la formalidad, seriedad de la
propuesta, nuestro Víctor empezó a forjar su leyenda en el plantel como personal
administrativo encargado de la guardianía.
Don Víctor habría visto pasar muchas generaciones de estudiantes, docentes, directores(as),
padres y madres de familia. Era una biblioteca de anécdotas, historias y acontecimientos de la
institución educativa. Rescatamos el siguiente relato: en vísperas del décimo aniversario
institucional había una extrema preocupación, porque no se había contratado a un sacerdote
para que oficialice la misa en el día central del plantel, estaban las actividades contra el tiempo
y sin dudar había que contratar a uno “si o si”. El buen Víctor es comisionado para esa labor,
hizo las averiguaciones con paisanos para contratar un cura de emergencia, cubrir el evento y
logró cumplir con aparente eficiencia esa tarea. Es así como se presenta el día de la actuación
un cura “colorao”, alto, imponente presencia y de acento extranjero(gringo), cuentan que la
primera impresión fue muy buena, pero en el desarrollo de la “misa” realizó extraños rituales,
palabras inusuales, comenzó a criticar las imágenes y de manera indirecta al catolicismo.
Cuentan que de mala gana Don Víctor le canceló sus honorarios, aunque el supuesto cura se
ofreció para derramar agua bendita en todo el local, pero no aceptó el gesto del falso “cura”.
Todos los presentes pensaban que era una innovación en la misa porque acababa de terminar
la conferencia episcopal latinoamericana de Puebla en México. Pero poco tiempo después una
maestra trajo la información que este señor era un pastor de la iglesia de los santos de los
Últimos, conocidos mundialmente como Mormones……. Aunque por allí se rumoreaba que
había sido una palomillada del ¡¡¡buen Victor!!