El documento habla sobre cómo la educación del siglo XXI puede convertirse en una puerta de entrada a la sociedad del conocimiento. Propone que la escuela debe tomar decisiones educativas que concentren la voluntad política en servir los intereses sociales y culturales. También sugiere que el diálogo entre tecnología y educación debe basarse en una perspectiva educativa más que en mensajes sobre la sociedad de la información. Finalmente, menciona cuatro vectores que están recomponiendo el nuevo paradigma social.