3. INTRODUCCIÓN
La igualdad de oportunidades es, sin duda, un principio que toda sociedad quiere poseer
y asegurar. Para las personas con discapacidad, dicho principio se ha traducido en la
lucha contra la discriminación y en la búsqueda de la normalización en todas las esferas
de su vida. Desde la escuela como factor principal de socialización junto con la familia,
tenemos la obligación de respetar este principio dando respuesta a la diversidad del
alumnado. Para ello necesitamos un cambio en los valores sociales y trabajar en la
práctica con el principio de inclusión.
En este ensayo vamos a ver en primer lugar, un repaso del proceso evolutivo de la
inclusión, desde su punto de origen hasta la normativa actual. En segundo lugar,
veremos las condiciones necesarias que requiere la educación inclusiva para que
realmente se lleve a la práctica y aportaremos posibles directrices o mejoras para
aumentar la calidad de de ésta. Como veremos a continuación necesitamos cambios a
todos los niveles. Tanto políticos, como a nivel de centro, de profesorado y en general,
cambios a nivel social. Para finalizar, con la aportación de las experiencias vividas en
nuestra clase durante este año aprovecharé para hacer una reflexión personal sobre la
inclusión.
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4. El principio de inclusión tiene sus inicios en el siglo XX. Una vez que N. B. Mikkelsen,
Nirje y W. Wolfensberger plantearan para las personas con retraso mental el principio
de la “normalización, han ido sucediendo una serie de acontecimientos que han logrado
que se recorra un camino hasta llegar a la equidad en educación para todo el alumnado
y que se entienda la educación para todos en términos de plena participación e igualdad.
Partimos del informe Warnock de 1979. En el se señala que el fin de la educación es el
mismo para todos los mismos y recoge los principios básicos para garantizar este
derecho. Además señala a la escuela ordinaria como marco normalizador en la sociedad.
Esta propuesta integradora tuvo repercusiones inmediatas en las reformas educativas
siguientes que se produjeron en los diferentes sistemas educativos europeos a lo largo
de los años 70.
La demanda de una educación para todos se ve reflejada y recogida por las diferentes
declaraciones internacionales que fueron teniendo lugar a lo largo del S.XX. A
continuación remarcamos algunas de las más importantes:
- La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)
- La Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959)
- La Declaración de los Derechos del retrasado mental (1971)
- La Convención de los Derechos del Niño (1989)
- La Conferencia Mundial de Educación para todos (Jomtiem, 1990)
Como hemos visto en clase, en todas ellas, se tiene muy en cuenta a las personas con
discapacidad, se remarca que precisan de una atención específica, esto ha sido
contraproducente bajo mi punto de vista, porque en ninguna de ellas se muestra el hecho
de tener una discapacidad dentro de un marco normalizador, sino que lo hacen
remarcando la diferencia.
En cambio, vemos como esto ha ido cambiando a partir de tres hechos importantes por
su progreso hacia una escuela inclusiva. Estos son La Declaración de Salamanca
(1994), como conclusión de la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas
Especiales, dónde se enfatiza en la escolarización en centros ordinarios. La Carta de
Luxemburgo (1997), “escuela para todos y para cada uno” y finalmente, La
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en el año 2006
asegurando, en definitiva, un sistema de educación inclusivo a todos los niveles.
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5. En todos los países europeos existe un reconocimiento de que una escuela para todos
ofrece una base fundamental para asegurar la igualdad de oportunidades para las
personas con necesidades especiales en todos los aspectos de sus vidas. Pero es
importante resaltar que no todos los países estamos al mismo nivel respecto a la
inclusión en educación. El porcentaje de alumnos con NEE en centros específicos
de educación especial varía. Algunos países tienen a casi al 5% del alumnado
escolarizado en centros específicos mientras que otros escolarizan en estos centros a
menos del 1% como es el caso de Italia, que ha conseguido esta cifra tras la
revolucionaria Ley 517 del año 1977, dónde se establece que todos los estudiantes con
discapacidad asistan a las escuelas ordinarias con el apoyo de un profesor especializado.
Esta ley supuso la abolición de las escuelas y aulas especiales que previamente habían
acogido a los niños con discapacidad. La Ley 517 significa una gran victoria para Italia
y una fuente de orgullo en la enseñanza porque convertía a este país europeo en uno de
los primeros en reconocer la necesidad de integrar a los estudiantes con discapacidades
en las escuelas ordinarias.
Las políticas en materia de discapacidad han sufrido una evolución a lo largo de los
años coincidiendo con la evolución de la sociedad.
A nivel nacional, la ley vigente en educación, la LOE (2006) apuesta de manera clara
por la educación inclusiva.
En el preámbulo de la Ley de educación se hace una apuesta clara, decidida y firme por
la educación inclusiva. En un lugar destacado aparece formulado el principio
fundamental de la calidad de la educación para todo el alumnado, en condiciones de
equidad y con garantía de igualdad de oportunidades.
“La atención a la diversidad se establece como principio fundamental que debe regir
toda la enseñanza básica, con el objetivo de proporcionar a todo el alumnado una
educación adecuada a sus características y necesidades. La adecuada respuesta
educativa a todos los alumnos se concibe a partir del principio de inclusión, entendiendo
que únicamente de ese modo se garantiza el desarrollo de todos, se favorece la equidad
y se contribuye a una mayor cohesión social.
La atención a la diversidad es una necesidad que abarca a todas las etapas educativas y a
todos los alumnos. Es decir, se trata de contemplar la diversidad de las alumnas y
alumnos como principio y no como una medida que corresponde a las necesidades de
unos pocos” (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación).
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6. En mi opinión, la inclusión de alumnos con N.E.E. (Necesidades Educativas Especiales)
constituye una de las innovaciones más importantes e influyentes que los sistemas
educativos han incorporado a sus políticas y a sus prácticas en las últimas décadas, pero
sin duda queda aún camino por recorrer.
Una vez vista la evolución a nivel internacional y cómo la normativa actual ha sido un
avance en nuestra sociedad para todos aquellos alumnos que presentan N.E.E con la
ayuda del principio de normalización y equidad, vamos a ver cuáles pueden ser las
condiciones idóneas en una sociedad para poder llevar a cabo el principio de la
inclusión a todos los niveles.
Como hemos podido trabajar en clase, en el tema 2, las condiciones necesarias para que
se lleve a cabo una educación inclusiva son las siguientes:
UNA FILOSOFÍA CLARA DE INCLUSIÓN:
Es necesario entender y ser conscientes de todo lo que este concepto conlleva consigo.
La inclusión abarca mucho más que atender a las necesidades de un alumno con
discapacidad en un centro ordinario. Avanza un paso más. Inclusión como hemos visto
implica la participación, la socialización, la normalización, la equidad de los alumnos
indiferentemente de su limitaciones o capacidades. Este concepto como hemos visto no
solo abarca las practicas escolares, implica un cambio en la manera en la que se
entiende la educación, un cambio en como el sistema educativo tiene que adaptarse a los
alumnos y no viceversa.
UN COMPROMISO COMPARTIDO POR LA INCLUSIÓN:
Para trabajar por una escuela inclusiva es necesario que toda la comunidad educativa
incluso que toda la sociedad adquieran un compromiso compartido. Además de existir
un marco legislativo como ya sabemos, es necesaria en definitiva que la sociedad dé por
hecho esta situación ya que la sociedad acoge a multitud de individuos cada uno con sus
características, por lo tanto opino que la escuela debería atender de igual manera la
diversidad de los niños y niñas que a ella acuden. Por lo tanto podemos decir que es una
cuestión de mentalidad, de compromiso, de valores sociales…
Para constituir una comunidad educativa con proyecto de inclusión es necesario un
trabajo conjunto de todos los agentes en ella implicados.
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7. ACTITUD ADECUADA:
Desde la perspectiva, ya no solo profesional, sino también desde la mirada social,
tenemos que trabajar la inclusión desde las actitudes. Mantener una actitud determinada,
en este caso de tolerancia y respeto, una actitud de lucha y una defensa de nuestros
principios como seres humanos ante injusticias. Trabajar desde la solidaridad y por un
intento continuado hacia la mejora y la perfección.
UNA LEGISLACIÓN EFICAZ Y FLEXIBLE:
Somos conscientes de que la legislación esta en continuo cambio y que al fin y al cabo
esta solo plasma la organización de la educación e intenta, muchas veces de manera
ambigua, proporcionar a los ciudadanos la garantía de uno de derechos fundamentales.
Bien, en mi opinión creo que necesitamos una legislación que respalde la inclusión,
porque de ella desembocan la formación de docentes, la destinación de unos recursos u
otros, la financiación de personal, formación continua de los docentes además de
preservar el derecho de recibir una educación digna y de calidad.
Sabemos que para llevar a cabo la inclusión hace falta mucho más que una normativa
que la regule, como estamos viendo en este apartado se requieren diferentes condiciones
para que se lleve a cabo la inclusión. Pero la legislación es una de las más necesarias e
importantes en mi opinión.
DISPONIBILIDAD DE RECURSOS TANTO MATERIALES COMO
PERSONALES.
Es evidente que en para llevar a cabo la inclusión tiene que haber una normativa y una
legislación que la regule, pero esta debe ir acompañada de recursos para hacerla
efectiva, tanto materiales como personales. Tanto más profesores o personal de apoyo
como requieran las necesidades del alumnado al que se vaya a adecuar la escuela como
aplicar diferentes estrategias, como la reducción de ratio o cuantos materiales sean
necesarios para proporcionar en todo momento un acceso a la educación y además con
la misma calidad.
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8. IMPLICACIÓN DE LAS FAMILIAS:
Los padres deben estar plenamente informados de los derechos de los hijos con
discapacidad y deben tener a su alcance, sin duda alguna, los mejores recursos que
garanticen el derecho de sus hijos a tener un proyecto de vida con las mismas garantías
que cualquier otro ser humano.
CAPACITACIÓN DE LOS PROFESIONALES:
Los profesionales que vamos a llevar a cabo al inclusión, tenemos que tener una
formación base rica en valores y además tenemos que garantizarnos que la educación no
perderá calidad con el paso de los años, así que además debemos tener concienciación y
una dedicación con una formación continua siempre pensando en la mejora de nuestra
práctica profesional.
COORDINACIÓN PERSONAL E INSTITUCIONAL:
Como sabemos la etapa educativa de primaria es la que cuenta con mayores recursos y
posibilidades para atender a las individualidades del alumnado, ya que es la más larga
además de obligatoria. En la secundaria también nos encontramos en la misma
situación, pero es necesario recordar que los alumnos cuando salen de su etapa
educativa tienen que seguir adelante, tienen que poder acceder sin ninguna limitación a
estudios superiores.
Para ello es necesario terminar con las limitaciones del sistema, y que las personas que
tienen alguna discapacidad puedan seguir adelante con su proyecto de vida.
Este aspecto es en el que mas hace falta invertir para poder seguir proporcionando a las
personas con discapacidad todas las garantías de participación social y realización
personal. De este modo contribuimos a que el conjunto de la sociedad entienda la
inclusión no como una responsabilidad de la escuela únicamente, sino de todos en
conjunto.
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9. A continuación vamos a ver unas directrices que, bajo mi opinión serán las necesarias
para mejorar la calidad tanto de la escuela inclusiva como de la sociedad en general y
sobre todo para que las personas que presentan necesidades educativas específicas en su
etapa escolar, puedan tener un proyecto de vida en igualdad de condiciones, sin
encontrarse con barreras innecesarias para su desarrollo y participación en la sociedad
completo.
En primer lugar, la política educativa y en general. Como he dicho anteriormente,
personalmente este es un aspecto fundamental, a parte de un motor social para poner en
marcha todo lo necesario para promover la educación inclusiva.
Una legislación adecuada debería conllevar a dotar a las administraciones y a los
centros de medios que faciliten el desarrollo de un sistema educativo de calidad
Los gobiernos y las administraciones deberían tener una política social y claramente
definida sobre la educación inclusiva. Esta debería contar con los profesionales más
altamente cualificados y especializados en el campo de la educación para diseñar las
leyes educativas y dictaminar las directrices en las que será orientado y organizado el
sistema educativo.
Otro aspecto que debería salvar la legislación para garantizar la calidad de la educación
que reciben los alumnos, es la de disponer de recursos suficientes y destinar mayor
numero de recursos a los centros. Disponer de profesorado especializado para trabajar
en el aula conjuntamente con otro maestro o profesor ya que especialmente en
secundaria, el profesorado no tiene conocimiento, debido a su formación inicial, para
dar respuestas a las necesidades específicas del alumnado. Además tienen que proponer
y defender la igualdad de oportunidades para todo el alumnado, y que las
discapacidades que tengan, sean del tipo que sean, no sean un factor que limite su
potencial para desarrollarse plenamente en todos los aspectos de la persona.
En cuanto al aspecto que atañe a la sociedad en su conjunto, me gustaría destacar en
primer lugar, que la escuela es uno de los factores principales de socialización de los
niños. Esto quiere decir que en la escuela se aprenden las normas sociales.
Todos sabemos que la sociedad en la que vivimos no es igualitaria, existen
desigualdades de diferentes tipos: socioeconómicas, culturales, de género, de raza, de
religión, de poder y también de oportunidades.
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10. Desde la escuela tenemos la obligación de fomentar una educación en valores que
proporcionen las estrategias pertinentes para que los individuos se desarrollen
plenamente en su vida y ocupen un lugar en el mundo.
Es necesario, en mi opinión paliar más aun las desigualdades tanto educativas como
sociales y para ello tenemos que hacer esfuerzo entre todos los profesionales para que
realmente, la escuela, se convierta en un motor que proporcione a la sociedad el
principio de equidad.
La escuela tiene como papel fundamental hacer desaparecer las diferencias de origen de
los alumnos para evitar que estas se conviertan en desigualdades educativas y sociales.
También me gustaría decir que desde la perspectiva de la inclusión tiene que haber un
equilibrio entre aprendizaje y participación, es decir, un centro tiene que centrarse tanto
en el proceso de socialización de los alumnos como en el del aprendizaje, a partes
iguales. Esto es importante ya que muchas veces las experiencias de integración han
dado más importancia a la socialización de los alumnos que a los logros de aprendizaje
o al revés.
La educación inclusiva implica una transformación en la manera de entender la
educación, supone, como sabemos tener una visión de la educación basada en la
heterogeneidad del alumnado. Cada alumno tiene sus propias necesidades educativas y
cada alumno se enfrenta a su proceso de enseñanza y aprendizaje de manera diferente
que sus compañeros. Ritmo, motivación, capacidades, cada alumno tiene sus
individualidades.
En enfoque educativo depende en gran medida del centro y de su manera de entender la
inclusión. Como hemos visto en clase, a lo largo del tema 5, existen una serie de
recursos, medidas y programas para responder a las diferencias individuales del
alumnado.
Como nos explicó Pedro Coronado, en una ponencia realizada en la Universidad de
Valencia, en el presente curso, el documento en el cual se definen las finalidades de la
comunidad educativa, se denomina PEC (Proyecto Educativo de Centro). En él se
recogen las medidas y programas de los que dispone el centro.
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11. Necesitamos que la educación valore y respete las diferencias, viéndolas como una
oportunidad para optimizar el desarrollo personal y social de los alumnos, y como un
medio para enriquecer los procesos educativos. Y que esto sea compartido al mismo
tiempo tanto por los centros educativos como por los profesionales que en él trabajan.
Remarcar en este punto de mi reflexión, que como vimos en el tema 8 de la asignatura,
existe un cuestionario hecho para que los centros puedan analizar su propia práctica
educativa y saber si trabajan adecuadamente la inclusión. Este documento se llama
INDEX FOR INCLUSION, creado en el año 2000 por Tonny Booth y Mel Aiscoww.
Este documento permite construir comunidades escolares colaborativas para que se
pueda autoevaluar la práctica educativa de manera conjunta y que los centros puedan
reflexionar sobre sus propias practicas inclusivas.
Este documento está al alcance de todo, ya que se encuentra disponible en internet para
así poder facilitar al máximo su puesta en escena dentro de los centros.
Como estamos viendo trabajar hacia la inclusión no depende de un solo factor, tanto las
políticas, como los centros y la sociedad en su conjunto tiene que interiorizar este
hecho, pero sobre todo quienes tiene que estar más formados en estrategias y quienes
con su poder pueden realmente llevar a cabo la inclusión de las personas con
discapacidad, esos son los profesores. Podemos decir que la atención a la diversidad es
sin duda uno de los desafíos más importantes que enfrentan las escuelas y los docentes
hoy en día. De los profesores depende que la realidad sea una realidad o una utopía. Si
lo que queremos es que los docentes realmente lleven a cabo una práctica educativa
basada en la inclusión deberíamos matizar algunos aspectos de su formación para que
sean capaces de educar en y para la diversidad.
En mi opinión los docentes deben tener una formación inicial rica y experimentada con
respecto a la diversidad, anterior a su puesta en escena en un centro educativo. Y no
solo inicial, también creo necesaria una formación complementaria, resaltando la
necesidad de enriquecer nuestros conocimientos con postgrados, máster o cursos de
formación, incluso practicas externas voluntarias, que nos ayuden a saber cómo actuar
ante esta situación educativa.
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12. En cuanto a la formación continua, dado que la educación inclusiva implica un cambio
profundo el funcionamiento de las instituciones educativas.
Como he dicho trabajar hacia la inclusión requiere un trabajo colaborativo entre la
política, el centro y los docentes. Necesitamos de una práctica común y que todos
tengamos las mismas nociones y valores sobre como poder trabajar hacia la inclusión,
por esto me parece adecuado que los centros también ofrezcan formación en grupo dado
que la educación inclusiva implica un cambio profundo en la cultura y en el
funcionamiento de un centro.
Que todos los docentes del centro se formen de manera continua es la manera más
enriquecedora, bajo mi punto de vista, de realmente trabajar hacia la inclusión de los
alumnos con N.E.E
Además creo que los profesores y maestros deberían contar con un apoyo continuo de
personas especializadas en para ayudarles a identificar posibles necesidades especificas
y a también ayudando a promover los cambios necesarios para optimizar la
participación de los alumnos que presenten necesidades educativas especificas.
Finalmente, y analizando la ponencia del Mateo San Segundo García, bajo mi punto de
vista, sus palabras más significativas fueron las que dedicó a la necesidad de diferenciar
entre integración e inclusión. “No es lo mismo intentar que un alumno con discapacidad
se integre que, que sea igual que los demás”.
Tras un análisis de las palabras, podemos decir que no es lo mismo integración que
inclusión. Ya que cada uno de estos conceptos está centrado en distintos aspectos. El
movimiento de la inclusión, da un paso más allá que la integración escolar.
Hemos visto, en los contenidos de clase que existe una tendencia a asimilar la inclusión
con la integración cuando se trata de dos enfoques diferentes de la educación.
En primer lugar, y como he comentado a lo largo de este texto, los alumnos que
presentan necesidades educativas especiales no son únicamente los alumnos que tienen
discapacidad, ya que cabe recordad que podemos encontrar necesidades educativas
especificas permanentes y también temporales. La escuela tiene la obligación de
garantizar el derecho a la educación indiferentemente de las cualidades de los alumnos.
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13. Ahora bien, la integración aspira a hacer efectivo el derecho de las personas con
necesidades educativas especificas a poder asistir a centros ordinarios como cualquier
otro alumno pero la inclusión representa una educación para todos porque amplia su
visión hacia toda la población en su conjunto y que ésta reciba una educación de
calidad. La inclusión está relacionada con el acceso, la participación y logros de
TODOS los alumnos.
En segundo lugar, resaltar que uno de los objetivos principales de la inclusión es el de
trasformar la cultura escolar en su conjunto, incluyendo sus prácticas educativas para
que los centros ordinarios sean capaces de atender a la diversidad del alumnado
indistintamente de sus características
Como hemos visto en los diferentes trabajos presentados en clase, una de las
necesidades que más voz tuvo, fue las de no “sacar” al alumno del aula, para
proporcionarle una atención más individualizada, como hemos visto esta atención se
debe dar en el aula conjuntamente con el resto de los compañeros.
Este es un aspecto que también resaltó Mateo San Segundo en su ponencia además de
Blanca, su hija. “a mí no me gustaba que me sacaran fuera del aula separada de mis
compañeros”
En mi opinión se ha instalado un modelo de atención de estos alumnos con
discapacidad como por ejemplo con programas individuales, estrategias, materiales
didácticos adaptados, etc; y no se han modificado aquellos factores del contexto
educativo y de la enseñanza que limitan la participación y el aprendizaje cooperativo
entre los alumnos de una misma aula y de un mismo centro. Inclusión no es una escuela
con material adaptado, clases individuales, etc. Sigue pues, persistente la necesidad de
cambiar la organización de la educación.
En conclusión, hemos visto que ningún alumno con discapacidad o sin ella sería capaz
de desarrollar sus cualidades sin un sistema educativo que fomente la participación y la
adquisición de la autonomía completa. Por lo tanto, tenemos la obligación de promover
cambios a todos los niveles y sobre todo en el modo de entender la educación y en la
manera de entender la discapacidad. En definitiva, necesitamos un cambio a nivel social
para saber atender y entender la riqueza de la diversidad.
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