La educación inclusiva se basa en la preocupación sincera por todos los estudiantes independientemente de sus características. Sus principios incluyen la aceptación de la comunidad y el respeto a las diferencias. Se caracteriza por tener una filosofía de "nosotros" que promueve la igualdad de derechos y la diversidad. Para lograrla, se requiere flexibilidad curricular y cambios en las políticas y prácticas educativas que valoren la diversidad.