Un buen líder debe creer en sí mismo y en su trabajo, nunca infravalorar a los demás, aprender de experiencias y errores, tomar decisiones arriesgadas pero calculadas, mostrar disciplina y esfuerzo, estudiar su sector, y tener en cuenta a los empleados en las decisiones importantes. Un buen líder fomenta el trabajo en equipo, mantiene la calidad del producto incluso en tiempos de recesión, y trata a clientes y proveedores con respeto.