La percepción del color es una experiencia subjetiva producida por la interacción entre la luz, los ojos y el cerebro. Los receptores de la luz en los ojos transmiten mensajes al cerebro, que interpreta estas señales como las sensaciones de color que conocemos. El color es el resultado de la traducción de la luz en impulsos nerviosos a través de la retina y el nervio óptico hasta alcanzar la corteza visual del cerebro.