El documento describe tres perspectivas para la enseñanza de la historia y las ciencias sociales en las escuelas: 1) enfocarse en la selección de contenidos, 2) considerar el interés del estudiante, y 3) articular la disciplina con el interés del estudiante. También discute la importancia de desarrollar un enfoque crítico en los estudiantes para que puedan analizar causas, consecuencias y evolución de procesos sociales desde diferentes puntos de vista.