Nicolás II era un zar débil que creía en la autocracia pero no escuchaba a su pueblo. A principios del siglo XX surgió oposición a su gobierno de varios partidos como los social-revolucionarios, los kadetes y los bolcheviques. Rusia tenía también minorías nacionales que buscaban independencia. La economía del país seguía siendo agraria y atrasada a pesar del desarrollo del ferrocarril.