El romanticismo surgió a finales del siglo XVIII y principios del XIX como una reacción contra el clasicismo y el barroco. Se desarrolló en varios países de Europa y América durante la primera mitad del siglo XIX y se caracterizó por apartarse de las reglas clásicas y enfatizar el color y el movimiento. La Ópera de París, construida entre 1861 y 1874, es un ejemplo prominente de la arquitectura romántica con su fachada ornamentada y su interior lleno de escaleras y balcones decorados.