Las capacidades sociomotrices son las que hacen posible que el individuo se pueda desenvolver socialmente de acuerdo a la actuación motriz propias de cada edad evolutiva del individuo; Martha Castañer las clasifica en: Interacción y comunicación, introyección, emoción y expresión, creatividad e imaginación.
2. ¿Qué es?
En general, la ELA no está considerada como una enfermedad
hereditaria.
En cualquier caso, desde hace muchos años se sabe que existe una
forma familiar aproximadamente en el 5-10% de los casos de ELA. Se
sabe, no obstante, de la existencia de una enzima genéticamente
probada, la SOD-1 (superóxido dismutasa-1) que está involucrada en la
aparición de algunos casos de ELA familiar.
En la actualidad, se llega al diagnóstico de ELA familiar cuando otros
miembros de la familia padecen la enfermedad. Cuando no existen
antecedentes familiares, la aparición de un caso en la familia se
entiende como esporádico, y en este sentido, los familiares del paciente
no tienen un riesgo mayor que el resto de la población de padecer la
enfermedad.
Hay dos tipos:
ELA esporádica: su aparición parece completamente azarosa.
No es posible identificar ningún tipo de factor de riesgo (ni
ambiental, ni profesional, ni geográfico, ni alimentario o cultural)
asociable con ella.
ELA familiar: se trata de una variante hereditaria con un perfil
típicamente autosómico dominante; hay evidencias para un
grupo de pacientes que constituyen entre el 5% y el 10% de los
casos.
3. Síntomas
Entumecimiento.
Pérdida de la memoria
Problemas de visión
Problemas de la vejiga
Espasmos musculares
Vértigo
Depresión
Fatiga
Disfunción sexual
4. Efectos
La evolución, lamentablemente, es hacia un empeoramiento progresivo y se
suele producir el fallecimiento a los dos o tres años de haber realizado el
diagnóstico, fundamentalmente por problemas respiratorios: insuficiencia
respiratoria o neumonía por aspiración. De todas formas, cerca de
un 10% viven más de 10 años. El uso de ventilación respiratoria asistida
mejora notablemente la supervivencia.
Si se cubren las necesidades nutricionales, se prestan adecuadamente los
cuidados respiratorios y las infecciones son tratadas convenientemente, las
personas afectadas con ELA pueden sobrevivir y participar de una vida
plena de sentido durante años.
En algunos casos puede haber una remisión de los síntomas o un
estancamiento en la progresión, pero no es lo habitual.
El único factor relacionado con la supervivencia es la edad de inicio: cuanto
más edad, menor tiempo de supervivencia.
En la mayoría de los casos los pacientes mueren sin dolor y casi siempre
dormidos.
Nuevas propuestas terapéuticas están consiguiendo mayores tasas de
supervivencia.
5. ¿Tiene cura?
Por ahora no existe ningún tratamiento probado contra la ELA. Sin
embargo, el reciente descubrimiento de determinados factores de
crecimiento neuronal y de agentes bloqueantes del glutamato, se
han mostrado prometedores.
Sí existen fármacos para combatir el conjunto de síntomas que
acompaña a la enfermedad.
La gran complejidad del tratamiento multidisciplinar hace necesario
el desarrollo de vías clínicas que organicen y homogeneicen con
sentido las atenciones a estos pacientes, en pos de mejorar su
calidad de vida.