Cuando la autoestima depende de la aprobación ajena
1. CUANDO EL EQUILIBRIO EMOCIONAL PROPIO DEPENDE DE LOS DEMÁS.
Cuando el equilibrio y el bienestar psicológico se ve directamente vinculado a
las expectativas puestas en los demás, -medidas estas por las reacciones
observadas en el espacio de intersubjetividad-, encontramos que, dicho
equilibrio, se ve supeditado al reflejo que obtenemos de nosotros mismos en los
otros. En estos casos, la persona, se ve obligada a un monitoreo y escrutinio
constante de dichas expectativas, proyectadas en las personas con las que se
interactúa. De esta manera supedita su autoestima y su tranquilidad a la
respuesta observada en los demás. Así, si dicha respuesta le devuelve
confirmado un modelo esperado de perfección, de sí mismo y de su proceder, la
persona se ve reconfortada y segura. Si por el contrario del reflejo observado en
los otros,-gestos, expresiones, entonaciones, ausencias, silencios-, la persona
infiere que no se ajusta a lo esperado, se atribuirá incapacidad o insuficiencia en
la ejecución social, atribuyendo al mismo tiempo desaprobación o rechazo hacia
su persona e iniciando así un proceso mental de autoexigencia y autoreproche
altamente desestabilizador que, por otra parte, tendera a la reafirmación de sus
estructuras cognitivas disfuncionales, rígidas e intransigentes.
Por Ignacio G. Sarrió. Doctor en Psicología. Psicoterapeuta.
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