La estimulación oportuna es importante para el desarrollo del niño. Durante esta etapa, los sentidos del niño se perfeccionan, especialmente la vista y la audición, lo que les permite reconocer colores, formas y sonidos. La estimulación temprana incluye actividades como caricias, masajes, juegos y conversación que estimulan el desarrollo afectivo, cognitivo y motor del niño. El objetivo principal es estrechar la relación entre el niño y el cuidador a través de experiencias que promueven el aprendizaje