El documento define los extranjerismos como palabras o expresiones que un idioma toma de otro idioma extranjero. Explica que todas las lenguas a lo largo de su historia han incorporado extranjerismos de diversos países y que muchas veces las personas usan palabras de origen extranjero sin darse cuenta. Además, clasifica los extranjerismos por su forma y origen, como cultismos del latín o galicismos del francés.