La educación para la salud se centra cada vez más en el aprendizaje y el fortalecimiento de la autonomía. Promueve una visión integral de la salud para fomentar las habilidades que permitan a las personas y comunidades aprender y tomar decisiones de manera autónoma sobre su bienestar. Aunque se han logrado avances en la salud mundial gracias a la educación para la salud, según la Declaración de Alma Ata y la Carta de Ottawa, todavía queda trabajo por hacer para que todos tengan acceso a los servicios básicos