Las finanzas corporativas se centran en maximizar el valor para los accionistas a través de cuatro tipos de decisiones: las decisiones de inversión sobre los activos en los que la empresa debe invertir, las decisiones de financiación sobre cómo obtener fondos para esas inversiones, las decisiones sobre dividendos para balancear la remuneración de los accionistas y los recursos de la empresa, y las decisiones directivas sobre las operaciones y finanzas diarias.