El riñón ayuda a mantener el equilibrio ácido-base a través de la excreción de bicarbonato y la secreción de iones de hidrógeno. La secreción de iones de hidrógeno ocurre a través de la célula principal del túbulo contorneado proximal. El riñón también monitorea los niveles de ácido y bicarbonato en la orina para detectar posibles estados ácidos o alcalinos. Las alteraciones respiratorias y metabólicas pueden causar acidosis o alcalosis.