El Imperio Romano se dividió en dos mitades en el siglo V d.C. Mientras que el Imperio Romano de Occidente cayó ante las invasiones de los pueblos germánicos y se fragmentó en reinos como los vándalos, francos y visigodos, el Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino perduró hasta 1453 d.C., experimentando épocas de prosperidad y declive.