El documento describe cómo la gastronomía de Puebla ha crecido a lo largo de la historia. Se remonta a la llegada de los españoles y la fusión de la cocina mexica con la cocina europea en los conventos poblanos, lo que dio origen a platillos emblemáticos como el mole, rompope y postres. Las órdenes religiosas jugaron un papel clave en la transmisión y desarrollo de la cocina tradicional de Puebla.