El documento discute la influencia de factores genéticos y ambientales en la agresividad humana. Señala que la genética influye entre un 40-45% y que variaciones genéticas en enzimas cerebrales pueden causar una mayor reacción ante estímulos. Un estudio encontró que personas con una forma genética relacionada con la agresividad mostraron mayor actividad en la amígdala ante imágenes, lo que puede propiciar impulsos violentos. Sin embargo, factores ambientales como el estrés también juegan un papel importante.