El documento discute la globalización y la necesidad de promoverla de manera solidaria. Argumenta que aunque la globalización ha traído beneficios de crecimiento, principalmente ha beneficiado a economías más prósperas, creando desequilibrios. Para evitar esto, propone que se acompañen medidas de liberalización económica con esfuerzos para promover la competitividad de economías menos favorecidas y un crecimiento internacional solidario y sostenible que beneficie a todos. Concluye que la globalización no es ni buena ni mal