Este documento analiza cómo la globalización puede conducir a la convergencia de los países menos desarrollados. Explica que la primera ola de globalización en el siglo XIX benefició principalmente a los países industrializados, mientras que la segunda ola desde 1950 ha permitido que países como Corea del Sur experimenten un rápido crecimiento. Sin embargo, países como Namibia no han podido integrarse y siguen estancados en la pobreza. Para que los países pobres se beneficien de la globalización, tanto los países ricos deben abrir sus mercados como