Un modelo educativo describe de manera sistemática una parte de la realidad educativa para facilitar su comprensión. Debe incluir cuatro componentes: fines y filosofía, teoría educativa, políticas educativas, y procesos y prácticas educativas. Estos componentes deben evaluarse internamente para verificar su congruencia y externamente para identificar áreas de mejora. Un modelo educativo busca orientar el proceso educativo y mejorarlo continuamente.