Dios, definitivamente no se cansa de amar a la humanidad y de mostrarle constantemente su misericordia, quien iluminando al papa Francisco, ha querido convocar este año de la misericordia a partir del 08 de diciembre y que será un tiempo de gracia hasta el 20 de noviembre de 2016. Sería un pecado de omisión, dejar pasar este tiempo que Dios nos ofrece en su Iglesia; o en palabras de san Agustín: “teme a la gracia de Dios que pasa y no vuelve”, pues es el mismo Dios quien en su infinito amor, quiere vendar nuestras heridas, liberarnos de cualquier pecado por más grave que sea y cambiar nuestro llanto en alegría. Pero, ¿cómo vivir a cabalidad este año?...

1. Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. IV Teología.2015.
¡HA LLEGADO UN AÑO DE GRACIA!
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado
para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para
proclamar el AÑO DE GRACIA DEL SEÑOR, el día del desquite de nuestro Dios,
para consolar a los afligidos, los afligidos de Sion; para cambiar su ceniza en corona,
su traje de luto en perfume de fiesta, su abatimiento en cánticos” (Cf. Is. 61, 1-3a).
Dios, definitivamente no se cansa de amar a la humanidad y de mostrarle
constantemente su misericordia, quien iluminando al papa Francisco, ha querido
convocar este año de la misericordia a partir del 08 de diciembre y que será un
tiempo de gracia hasta el 20 de noviembre de 2016.
Sería un pecado de omisión, dejar pasar este tiempo que Dios nos ofrece en su
Iglesia; o en palabras de san Agustín: “teme a la gracia de Dios que pasa y no
vuelve”, pues es el mismo Dios quien en su infinito amor, quiere vendar nuestras
heridas, liberarnos de cualquier pecado por más grave que sea y cambiar nuestro
llanto en alegría. Pero, ¿cómo vivir a cabalidad este año?
Sencillamente, practicar las obras de misericordia, que no son más que “la ley
fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos
sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida” (Cf. Misericordiae Vultus
n° 2) y, obtener la misericordia de Dios a través del sacramento de la reconciliación.
Tema tan importante que en los siguientes artículos estaremos reflexionando sobre
el contenido y sus elementos.
Muchos piensan ¿por qué este sacramento es tan cuestionado y en algunos, poco
practicado? La respuesta la ofrece el papa Francisco al constatar que la experiencia
del perdón en nuestra cultura se ha ido desvaneciendo cada vez más (Cf.

2. Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. IV Teología.2015.
Misericordiae Vultus n° 10). Pedir perdón ha sido la palabra más difícil de
pronunciar, muchos sacan excusas y quieren ser víctimas, pero no se quiere asumir
el error y corregirlo. Cuando experimentemos el sabor de pedir perdón y ser
perdonado, descubriremos el tesoro de la misericordia divina, que quizás, aun
teniéndolo, lo dejamos pasar por alto.
Cuando pido perdón a Dios en el sacramento de la reconciliación, obtengo de la
misericordia de Dios, el perdón de los pecados y al mismo tiempo me reconcilio con
la Iglesia a la que ofendí con mis pecados (Cf. C.E.C. n° 1422).
Así que en este año no dejemos de reconciliarnos con Dios y con la Iglesia. Vivamos
la experiencia del hijo pródigo y sintamos el abrazo de Dios Padre que nos devuelve
la alegría y con una mirada de misericordia nos dice: “este hijo mío había muerto y
ha vuelto a la vida” (Cf. Lc. 15,24)