Los pueblos que habitaron la península ibérica antes de la llegada de los romanos eran los íberos, que ocupaban el este y sur, y los celtas, que ocupaban el centro, oeste y norte. Los íberos mantenían intercambios comerciales con fenicios y griegos y tenían una economía agrícola y ganadera, mientras que los celtas eran principalmente ganaderos nómadas. La conquista romana de la península se prolongó durante 200 años, sometiendo primero la costa mediterrá