La psicología humanista se centra en el individuo como un todo y en que el ser humano es bueno por naturaleza. Defiende que la psicología debe ocuparse de la subjetividad y que el individuo debe ser aceptado tal como es. La terapia familiar sistémica trabaja con familias y relaciones cercanas para fomentar cambios viendo las interacciones entre personas como sistemas. Se enfoca en ayudar a las personas a entenderse y apreciarse mutuamente.