Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Importancia de la autobiografia
1. Importancia del género autobiográfico
Edilberto Lasso Cárdenas
Tres incidencias autobiográficas
1. Ejercicio personal e íntimo
2. Implementación en la educación: las prácticas de enseñanza y el
aprendizaje
3. En la investigación cualitativa (método etnográfico)
1. Ejercicio personal e íntimo.
Cualquier persona (a cualquier edad) puede iniciarse en el ejercicio narrativo de sí mismo (examen
de sí mismo) sea mediante una autobiografía, un diario (recomendado también para los niños y
adolescentes), una confesión, una memoria o el autorretrato. Cualquiera de estos géneros es una
bitácora para hacer consciente una propia forma de vivir, escribir, investigar, entre otros.
Un autobiógrafo provoca el interés de configurar y desconfigurar permanentemente un nuevo
concepto de sujeto de manera consciente. Autores como Johnmarshall Revé (2003) considera que
el autoconcepto es un término flexible y evolutivo que se modifica con nuestras interacciones a lo
largo de nuestra vida, y donde está implicada toda nuestra emocionalidad. La autoestima es la
valoración que hacemos del autoconcepto (p.142). Quizá sea necesario que el sujeto manifieste
cierto descontento de sí, o lo que es lo mismo, evidencie inconformidad de todo lo que ha
heredado. Probablemente descubra lo valioso que resulta adentrarse al interior de sí mismo en un
clima de serenidad, paz interior y aceptación de sí a fin de tocar e interpelar su Yo. Se trata de
asumir una actitud que se constata en dos situaciones, por una parte, se visibiliza en un sujeto
que no se considera definido o dado; se aventura a indagar por lo que es o no es. Sospecha de sí
en la medida en que se arriesga a abrazar una identidad fruto de permanentes tensiones,
fragilidades, colisiones y desequilibrios conceptuales y emocionales. Por otra parte, está asociada,
la actitud, a la búsqueda de escenarios enriquecedores y múltiples, donde el autobiógrafo pueda
transitar su Yo sin censura y juicio, tal como lo pueden presentar desafortunadamente una serie
de espacios, por lo general, monótonos y homogéneos en los que se mueve.
2. 2. Implementación en la educación. Ejercicio auto-reflexivo de las prácticas de
enseñanza y del aprendizaje (profesores y estudiantes).
Respecto al maestro
Frente a la reflexión esporádica e interrumpida que el enseñante lleva a cabo de su propia
práctica, el proyecto de investigación quiere nutrir mediante la implementación de la
autobiografía, como estrategia investigativa, el ejercicio reflexivo y correctivo de los maestros
mediante la promoción, indagación y socialización de la propia práctica de enseñanza al interior
de un grupo de colegas. Esta estrategia está en la capacidad de consolidar gradualmente, en el
maestro, una reflexión organizada fruto de la autorreflexión y autocorrección de sus prácticas de
enseñanza. La narración y la escritura cumplen aquí una función decisiva en cuanto que ellas
visibilizan las prácticas de enseñanza, por lo general, no reconocidas, desatendidas o
marginadas de toda discusión.
La narratividad, un elemento determinante de la autobiografía, favorecerá la explicitación de la
práctica de enseñanza del maestro, y de sus colegas, en la medida en que este, a la hora de
evidenciar y dar cuenta conscientemente su enseñanza, no hace sino narrar-se, contar-se
mediante la escritura tal como lo hicieron San Agustín o Popper. Paúl Ricoeur (1981) comenta
en este sentido: “al contar historias acerca de la enseñanza, hacemos algo más que registrar el
surgimiento de las prácticas; potencialmente estamos alterándolas. Por lo tanto, en la medida en
que contamos historias acerca de la enseñanza, la investigación sobre ella está inevitablemente
orientada hacia la modificación de las maneras de pensar y actuar de los docentes debido a que
contribuye a introducir cambios en los lenguajes que constituyen sus prácticas” (p.256). Georges
Gusdorf (1991) afirmará aquí que el autor de una autobiografía se impone como tarea el contar
su propia historia; se trata para él de reunir los elementos dispersos de su vida personal y de
agruparlos en un esquema de conjunto, lo que desde la práctica de enseñanza se llamará la
sistematicidad de la reflexión.
Adentrarse a la manera como un maestro enseña y como un estudiante aprende implica
igualmente preguntarse precisamente por el sujeto que enseña y el sujeto que aprende. Las
preguntas parten de un diagnóstico que no hace otra cosa distinta a generar en los sujetos en
cuestión un pensamiento autocorrectivo o crítico que va a permitir resolver razonablemente las
preguntas que la práctica de enseñanza se hace en boca de Smyth al interior de una institución
de educación superior: “¿Qué es lo que hago? ¿Cuál es el sentido de lo que imparto? ¿Cómo
llegué a ser de esta forma? ¿Cómo podría hacer las cosas de otra manera?” Philip W. Jackson
(2002), en su libro Práctica de la enseñanza, anexa otra serie de preocupaciones que el maestro
se hace cuando la enseñanza está en marcha: “¿qué pasa en este instante dentro de la cabeza
o la mente de las personas a quienes enseño? ¿Entienden? ¿Me siguen? ¿Han captado el tema?
Y cuando la clase ya terminó, se hacen una serie paralela de preguntas: ¿Entendieron?
¿Pudieron seguirme?” (p.83). Tan apropiadas aquí las palabras de P. Jackson (2002) cuando
afirma oportunamente que: “La enseñanza no tiene ningún producto visible, ningún objeto físico
concreto que fabricar, reparar o considerar propio…cuando el trabajo del docente, no tienen nada
tangible que exhibir como fruto de su labor; ni una sola pared de ladrillos, ni un cerebro libre de
tumores, ni un motor bien afinado y ni siquiera un callejón limpio para señalar con orgullo como
prueba de una tarea bien realizada” (p.81).
Respecto al estudiante
Fernando Vásquez Rodríguez en su artículo La autobiografía como herencia socrática comenta:
“La autobiografía tiene como fin reconstruir el escenario para el aprendizaje, despojar al
profesional, al maestro que llega de una serie de seguridades, de una multitud de certezas; la
3. autobiografía pretende que todo ese pasado se convierta en sudario, para que emerja una nueva
piel, para que nazca de nuevo el estudiante” (p.4).
El diario como estrategia de aprendizaje
La pasión por la lectura y la escritura, reflejó, en los autobiógrafos, y desde su más temprana
edad una cultura intelectual respaldada, en gran parte, por la innata curiosidad y asombro, la
asidua lectura, la incidencia favorable de varios maestros en el aprendizaje y la relevancia de la
discusión en las insaciables búsquedas investigativas. En este devenir intelectual cada
autobiógrafo configuró y replanteó su yo gracias a las rupturas conceptuales, las apuestas
intelectuales, las pasiones investigativas, las permanentes conversaciones y las rigurosas
discusiones a las que se sometieron ávidamente Nietzsche, Carnap, Popper, y Ricoeur, entre
otros. En este sentido Georges May (1982) afirmará que las vocaciones autobiográficas
florecieron y presentaron explícitamente un concepto de Yo. La escritura de sí, evidenció
claramente, en el autobiógrafo, un estilo del pensamiento, una forma de ver la vida, un modo de
ser en el mundo y una ruta investigativa. Desde luego que la sociedad, la familia y la educación
impactaron e incidieron en el desarrollo del pensamiento de cada autobiógrafo. El Yo
autobiográfico adquirió, en sus particulares dinámicas históricas, una impronta, un ethos, una
valoración propia y una condición de ciudadano e intelectual en cuanto que estos intelectuales
se sensibilizaron y se comprometieron con las concepciones y convicciones educativas y
políticas de sus épocas (Edilberto Lasso Cárdenas).
Toda estrategia tiene algunos elementos generales como planificar (antes de), para lo cual se
pueden formular las preguntas: ¿Cómo aprendo mejor? ¿Cuál es mi forma de aprendizaje?
¿Cómo correspondo al trabajo colaborativo? ¿Cómo contribuyo al proceso de aprendizaje
personal y colaborativo?
Para el aprendizaje que se está llevando a cabo se ven pertinentes preguntas como: ¿Estoy
aprendiendo? ¿Cuáles son los obstáculos al aprendizaje? ¿En qué sentido el aprendizaje es
significativo? ¿Cuáles son mis aportes académicos al aprendizaje colaborativo? ¿Constato que
en el aprendizaje en red o en un trabajo colaborativo hay crítica, juicio, interpelación, pregunta,
contrapregunta, reflexión y propuesta? ¿Qué correctivos oportunos podemos llevar a cabo
durante el proceso de aprendizaje? ¿Cómo jalonamos al compañero (a) que no se está
comprometiendo con el grupo o que se le dificulta entender un concepto o problema
determinado?
Para la evaluación del aprendizaje:
¿En qué sentido el aprendizaje incide en mi vida? ¿Qué valoro de los aportes académicos de
mis compañeros? ¿En qué debo hacer mayor énfasis a la hora de proyectar mi interés
investigativo? ¿Qué contenidos o conceptos me parecieron de poco interés o de poco valor para
mi vida o mi búsqueda investigativa? ¿Con qué criterios juzgo el interés o no por ciertos
conceptos, temáticas o núcleos problémicos? ¿Lo aprendido contribuye en una mirada
interdisciplinar o en una comprensión holística de la realidad? ¿Estoy encontrando y tejiendo mi
proyección investigativa, disciplinar y profesional?
3. Investigación cualitativa (Etnografía): Investigación-Acción-Participación (con
comunidades).
4. Los géneros literarios autobiográficos se pueden aplicar a la investigación cualitativa en
conformidad con el método Etnográfico. Específicamente se puede trabajar con grupos étnicos,
campesinos, desplazados, víctimas de la violencia, comunidades religiosas, profesores,
empresarios, entre otros.
Angrosino (2012) expresa las siguientes explicaciones sobre la etnografía:
Definición: “La etnografía es el arte y la ciencia de describir a un grupo humano: sus instituciones,
comportamientos interpersonales, producciones materiales y creencias” (p.35).
La etnografía es método: “La etnografía es un método de campo se realiza en los entornos en
que viven de hecho las personas reales, más que en laboratorios donde el investigador controle
los elementos que se han de observar o medir” (p.35).
La etnografía como producto: “Tiene que ver con la recogida de datos etnográficos en forma de
narración. El etnógrafo cuenta la historia de tres maneras: Historias contadas de modo realista:
son retratos despersonalizados presentados objetivamente y proporcionados por un analista
neutral, aun cuando éste haya sido un participante implicado emocionalmente en la
investigación. Historias contadas de un modo confesional. El etnógrafo es un actor central y la
historia de la comunidad estudiada se narra explícitamente a través de su punto de vista particular.
Historias contadas en un modo impresionista: diálogos, descripciones de paisajes, estructura
narrativa” (p.36).
La entrevista en la etnografía: “es un proceso por el cual se dirige una conversación para recoger
información. La entrevista etnográfica es habitualmente de naturaleza abierta, fluye como una
conversación, un tipo de entrevista etnográfica la historia de vida, ver el pasado en el microcosmos
de la vida de un individuo particular” (p.110).
La autoetnografía: “o “narración del yo” es una forma literaria híbrida en la que el investigador
utiliza su propia experiencia personal como base de análisis. Las autoetnografías se caracterizan
por el recuerdo dramático, las metáforas vigorosas, los personajes vívidos, las experiencias
inusuales y por no revelar la interpretación para invitar al lector a que reviva las emociones
experimentadas por el autor” (p.110).
Texto de referencia: Autor: Michael Angrosino (2012). Etnografía y observación en investigación
cualitativa. Colección: investigación cualitativa. Morata. Madrid.