Este documento describe los riesgos de las grasas trans y saturadas para la salud, señalando que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes e incluso depresión. A pesar de sus efectos perjudiciales, las grasas trans se usan comúnmente en la industria alimentaria para mejorar el sabor y la durabilidad de los alimentos de bajo coste. En 2006 se introdujo la obligación de etiquetar los alimentos que contienen grasas trans.