Este documento argumenta que la publicidad debe enfocarse en la inteligencia emocional y el desarrollo humano en lugar de solo las ventas. Explica que la publicidad afecta la sociedad y que las emociones son fundamentales para la comunicación y las decisiones humanas. Propone que la enseñanza de la publicidad debería centrarse en comprender y satisfacer las necesidades emocionales de las personas en lugar de solo vender productos.