ACERTIJO DE POSICIÓN DE CORREDORES EN LA OLIMPIADA. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Formación en bioética y necesidades no resueltas
1. OPINION 21
´´
PROTAGONISTAS
SALVADOR AZNAR
Miembro del
laboratorio Células
Madre y Cáncer en
el Instituto de
Investigación
Biomédica, de
Barcelona, ha
ganado el IX Premio
Banco Sabadell a la
Investigación
Biomédica con una
dotación económi-
ca de 50.000 euros.
JESÚS MORENO
Jefe del Servicio de
Urología del
Hospital Clínico San
Carlos, de Madrid,
es el nuevo
presidente de la
Sociedad Española
de Cirugía Laparos-
cópica y Robótica.
Elena Ortiz Oshiro
ha sido nombrada
vicepresidenta de la
sociedad.
MANUEL ROMERO
El catedrático y
director de la
Unidad Clínica
Médico-Quirúrgica
de Enfermedades
Digestivas del
Hospital de Valme,
de Sevilla, ha
recibido el XI
Premio a la
Investigación Javier
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LUD
COLUMNA INVITADA
La formación en Bioética
y necesidades no resueltas
mpartir o asistir a clases de Bioéti-
ca puede ser una experiencia fas-
cinante. Muchos docentes de esta
asignatura, que se va abriendo camino en los
cursos de pregrado en nuestras universida-
des, están descubriendo poco a poco que los
problemas que plantean en las clases los pro-
pios alumnos les suponen retos ante cuestio-
nesqueleshabíanpasadodesapercibidasenla
práctica clínica. Ante esto, sólo caben tres pos-
turas: la más fácil, pero menos elegante, sería
dar clases teóricas con poco lugar para la par-
ticipación. La segunda consistiría en propiciar
el debate, pero reduciéndolo a un educado in-
tercambio de opiniones, transmitiendo final-
mente la idea de que no existen criterios para
definiraccioneséticamenteválidasoéticamen-
te rechazables. El docente, en este caso, actua-
ría únicamente como árbitro o moderador. La
tercera opción es más laboriosa pero, sin duda,
es la que puede resultar finalmente más gra-
tificante: involucrar al alumnado en la tarea de
descubrir los conflictos éticos a los que se
enfrentarán cuando ejerzan la profesión, dotán-
doles de herramientas para resolverlos.
Enunciado en abstracto esta intenciona-
lidad puede parecer un tópico, pero enfocar la
transmisión de los diferentes temas de Bioéti-
ca -no como simple transmisión de conoci-
mientos para aprobar un
examen,sinoinvolucrando
a los futuros profesiona-
les en el deseo de dedicar
los esfuerzos necesarios
para buscar el bien de los
pacientes- va mucho más
allá de lo que se suele ob-
tener en clases teóricas
con menor implicación
personal.
¿Cómo lograrlo? Se ha
hablado de fomentar la creatividad de los es-
tudiantes de Medicina mediante trabajos de re-
dacción o exposiciones orales en clase. Esas
estrategias,aunquemuyválidas,puedenserin-
suficientes si no logran que la asignatura con-
sigaloqueelcatedráticoSantiagoPetschende-
finecomo"cautivaralalumno".Paraello,lofun-
damental,aunqueparezcaelementaldecirlo,es
contarconprofesoresaltamentemotivados,que
incluso se olviden de seguir el índice de un
temario estricto y, en cambio, quieran trans-
mitir valores y vivencias personales.
Evidentemente, para ello habrá que contar
con quien tenga grandes conocimientos teó-
ricos y también con quien pueda transmitir
experiencias reales vividas (¿sufridas?) en la
práctica clínica. Esa diferencia entre una "bioé-
tica de salón" aprendida en los libros y una
"bioética de trinchera" aprendida en el campo
de batalla de las urgencias hospitalarias, Uni-
dades de Cuidados Intensivos o plantas de ci-
rugía, suele ser fácilmente identificable por
los alumnos.
¿Tenemosesosdocentes?MaríaAscaso,au-
tora de r-EDU-volution, un texto en el que se
analizan propuestas educativas, propone cin-
coejesclaveparaautoevaluarlacalidaddocen-
te individual: "Aceptar que lo que enseñamos
no es lo que los estudiantes aprenden de modo
directo; olvidar las clásicas dinámicas de po-
der;habitar el aula, pasar del simulacro aisla-
do a la experiencia y dejar de orientar las clases
a la evaluación para pasar a interesarse por el
propio aprendizaje".
ESTRATEGIAS DOCENTES
De hecho, una de las estrategias docentes ela-
boradas por el grupo de trabajo en ética clíni-
ca de la Universidad Francisco de Vitoria, li-
derado por Ricardo Abengozar, apuesta por la
inmersión de los estudiantes en la valoración
dedilemaséticosdeunmodomuypráctico,in-
corporando la participación de especialistas
hospitalariosparadebatirconlosalumnoslare-
solucióndecasosrealesconelapoyodeexper-
tos clínicos en Bioética de modo transversal a
través del pregrado.
Una cuestión habitual suele ser preguntar-
nos si necesitamos más tecnología para au-
mentarlacalidaddocente.Lapreguntanoestri-
vial. Gran parte de nuestras nuevas genera-
ciones suelen ser consumidores habituales
deunamplioespectrodeofertasaudiovisuales.
Las nuevas tecnologías de la información tam-
bién son para ellos el modo normal de acce-
der a contenidos de interés. Desligarse de esto
puede provocar que vean la Bioética como algo
ajeno a su forma de incorporar vivencias. Sin
embargo, tampoco sería sensato creer que el
simple hecho de utilizar
muchos recursos tecnoló-
gicos puede llegar a sus-
tituirlaempatíaylacalidad
de la argumentación, que
es imprescindible si se
quieren abordar temas de
auténtico conflicto ético.
Debido a ello, una posible
estrategia para conseguir
mejorar la implicación del
alumnado podría incorpo-
rar la visualización de cómo se plantean y re-
suelven los conflictos a nivel asistencial me-
diante escenificaciones simuladas del ámbito
clínico correspondiente. El recurso de simu-
ladorescomopartedelaprendizajeevitaencon-
trarseensituacionesrealesindeseables,sinuna
preparación previa que optimice nuestras ac-
tuaciones. Forma parte del "aprendizaje ba-
sadoencasos"que,demodoinductivo,preten-
de adelantarse a la vivencia de situaciones para
las que no se cuenta con habilidades de comu-
nicación previamente incorporadas. Permite,
además, valorar desde fuera, sin el sesgo de
la implicación personal, actitudes y compor-
tamientos, juzgando su idoneidad ética y dis-
cutiendo en grupo posibles soluciones a situa-
ciones clínicas difíciles, así como facilitando la
memorización de lo vivido o visualizado.
Toda esta reflexión sobre metodologías do-
centes sería improductiva si se descuida lo
esencial: reforzar los fundamentos de nuestro
buen hacer profesional, que pueden enraizar-
seenlaDeclaraciónUniversaldelaUnescoso-
bre Bioética y Derechos Humanos, o en otros
postulados que, de modo similar, enfaticen la
búsqueda de los mejores intereses de nuestros
pacientes, sin olvidar los fines básicos de la
Medicina: prevenir enfermedades, curarlas
cuando se pueda y aliviar sufrimientos, respe-
tando la indisponibilidad de la vida humana.
I
JOSÉ
JARA
Profesor de
Ética clínica
de la
Universidad
Francisco de
Vitoria y
presidente de
la Asociación
de Bioética
de Madrid
Hay que
involucrar al
alumnado en la tarea
de descubrir los
conflictos éticos a
los que se enfrentarán
cuando ejerzan
la profesión"
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26/05/2014
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