La educación ambiental surgió en los años 70 ante la preocupación por la desestabilización de los sistemas naturales. Debe producir un aprendizaje efectivo mediante métodos centrados en el alumno y una perspectiva transdisciplinaria que abarque aspectos globales, nacionales y locales del desarrollo sostenible. Asimismo, promueve la reflexión sobre la diversidad de culturas, grupos sociales, razas y géneros, y estimula las habilidades ciudadanas y la participación en políticas de regulación y servicios comunitarios.