Judith Butler analiza el género como una construcción social y performativa en lugar de algo inherente o fijo. Cuestiona las nociones de que una persona es definitivamente masculina o femenina, y que el género refleja necesariamente el sexo biológico. En su libro "El género en disputa", argumenta que el género es una actuación a través de signos y normas que la sociedad impone, no algo natural o intrínseco a la identidad.