Para Kant, la estética se refiere al juicio sobre la belleza de un objeto dictado por el placer que produce en el sujeto de manera desinteresada. Un juicio estético es puro si no está influenciado por conceptos o finalidades. Kant distingue entre belleza adherente, que obedece a intereses, y belleza pura, que no obedece a ningún interés. Su enfoque marcó el inicio de la autonomía de lo estético respecto a fines prácticos o morales.
Filosofía de la historia del arte (Hegeliana).Miguel Morales
Filosofía de la historia del arte desde la filosofía y la estética hegelianas. Lo preparé para la materia de filosofía del derecho y estética de Hegel.
Filosofía de la historia del arte (Hegeliana).Miguel Morales
Filosofía de la historia del arte desde la filosofía y la estética hegelianas. Lo preparé para la materia de filosofía del derecho y estética de Hegel.
Guión para el análisis de una obra de esculturaIES Las Musas
Video YouTube de la presentación: https://www.youtube.com/watch?v=Z_wpXLol1N8
http://www.ieslasmusas.org/geohistoria/
Soporte visual para la comprensión de un análisis de una obra de escultura.
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Una de las funciones principales y más empleadas del arte es la representación de la belleza, es decir, el intento de mostrar o de capturar lo bello. Esta función o característica es ciertamente moderna teniendo en cuenta que el ‘intento’ es una acción consciente. Pero cuando el artista no ‘intenta’ representar la belleza es también potencial portador de ella y en su obra podrá percibirse o vislumbrarse sólo si participa en la estética, esto es, en la percepción o apreciación humana de la belleza.
2. Para Kant la estética es la predisposición al sentimiento,
entendido como vehículo por medio del cual se aprecia la belleza. El
fundamento de nuestro juicio de que una cosa es bella o fea es el
modo en el cual nuestra facultad de sentimiento queda afectada por la
representación del objeto. La raíz de la estética es la percepción;
porque al fin y al cabo las cosas son para nosotros como las
percibimos, tanto si coincide nuestra percepción con la realidad, como
si no. Las cosas no pueden ser conocidas si no es por medio de la
sensibilidad y el entendimiento humano; el espíritu impone sus
categorías para el conocimiento.
El juicio estético, según Kant, está dictado por el placer que se
espera conseguir del objeto como tal, al margen de cualquier otra
consideración pues el objeto tiene su objetivo en sí mismo. Esto
coloca al juicio estético en una posición independiente, el objeto no
tiene como base un concepto, sino que éste se relaciona directamente
con el sentimiento en el sujeto. Pero además también lo hace
desinteresadamente, la satisfacción estética no tiene interés, a
diferencia de otros juicios, sólo se complace con la contemplación.
3. Un juicio estético es puro solo si la persona que lo emite no
tiene concepto alguno de finalidad, si dicho juicio se realizara
sobre cualquier criterio ya no sería enteramente estético. Así se
puede afirmar que “la estética es una finalidad sin fin”.
De todo lo expuesto anteriormente surgen para Kant dos tipos de
belleza: la belleza adherente, que obedece a algún
interés, conceptual y lógica y la belleza pura o libre que no obedece a
ningún interés, aconceptual y ontológica.
4. Vista de la Exposición de 1937 con la Torre Eiffel de fondo, y a
cada lado de la exposición los pabellones de la Alemania nazi
(izquierda) y de la Unión Soviética (derecha).
¡¡¡ Josif te repito
que mi águila es
mejor !!!
Que
no, Adolf, que
mis esculturas
son más bellas.
5. Estamos ante una fractura que marca el límite del arte entre lo
conceptual y lo aconceptual, (aquí reside el mérito de Kant) se
produce una división entre lo lógico y el gusto, es decir, entre algo
útil y algo bello, si bien ambos, en ocasiones, pueden aparecer en un
mismo objeto. Por ejemplo, "los girasoles" de V. Gogh es una pintura
bella, pero la catedral de Florencia es bella y útil (cumple una función) a la
vez.
Lo bello, el arte no es ni bueno, ni útil, ni malvado, ni es un oficio ni un
artificio, etc. Sin embargo tiene una finalidad y es espíritu y libre juego. La
finalidad estética se refiere a la conciencia misma, a toda ella, sin
escisiones, ni determinismos, por ello es una finalidad sin fin.
6. En su obra “Crítica del juicio” (1790), propone que los objetos pueden
ser juzgados bellos cuando satisfacen un deseo desinteresado que
no implica intereses o necesidades personales, ya que el interés y el
gusto representan caminos diferentes. De Kant en adelante ya no
tiene sentido hablar del objeto en sí, sino solo del objeto en
relación al sujeto que lo toma intuitivamente y lo conoce a través del
intelecto. No es nuestra intuición sensible la que regula sobre la
naturaleza de los objetos, sino los objetos mismos se adecuan de
alguna manera a la estructura de nuestra facultad intuitiva. Sin
sensibilidad ningún objeto sería dado o apreciado, y sin intelecto ningún
objeto pensado.
El arte debería dar la misma satisfacción desinteresada que la belleza
natural. Resulta paradójico que el arte pueda cumplir un destino
que la naturaleza no puede: puede ofrecer belleza y fealdad a
través de un mismo objeto. Una hermosa pintura o escultura de un
rostro feo puede incluso llegar a ser bella, de esta manera los limites
del objeto artístico se vuelven borrosos.
7. Marsias despellejado
por Apolo, escultura
helenística, s. III a.C.
¿Qué valoramos la belleza o la
capacidad del artista para reflejar el
sufrimiento en el rostro de Marsias?
8. El desinterés caracteriza la actitud estética en el mismo sentido en el que
el juego es la actividad puramente desinteresada, la complacencia sin
finalidad útil o moral. Por eso lo estético es independiente y no puede
estar al servicio de fines ajenos a él. Lo bello no es reconocido como
un valor absoluto, sino que tiene sólo relación con el sujeto. La prioridad
del juicio estético requiere, a pesar de su referencia al sujeto, el
desprendimiento en éste de cuanto sea ajeno al desinterés y a la
finalidad sin fin.
Sobre el juicio del gusto, Kant nos advierte de que éste no es un juicio
de conocimiento (ni teórico ni práctico) y, en consecuencia, no se funda
en ningún concepto ni se hace con vista a los mismos. Al fundar este
principio Kant se convierte en el primero en defender la autonomía
de lo estético respecto a fines prácticos y/o valoraciones
morales, no decimos que un objeto es estéticamente significativo
porque nos hace conocer aspectos de la realidad o porque se ajuste
a nuestras valoraciones éticas. Cabe recordar que en la estética
tradicional se asumía con frecuencia que las obras de arte eran tan útiles
como bellas, los cuadros podían conmemorar eventos históricos o
estimular la moral.
9. La lección de música o una señora
en el virginal con un
caballero , c. 1662-1665;
J. Vermeer.
La libertad guiando al
pueblo, 1830, Eugène
Delacroix.
10. Con estas observaciones enlazamos con la complejidad del arte
contemporáneo a partir del último tercio del siglo XIX en
adelante, donde la autonomía de lo estético se hace mucho más
patente (por ejemplo, los ready-made de Duchamp).
Con el enfoque, hasta cierto punto no figurativo del mundo plástico
(Picasso, Matisse, Kandinsky, etc), cobró relevancia el principio del "arte
por el arte", derivado de las tesis de Kant según las cuales el arte tenía su
propia razón de ser.
Pero esta autonomía será más efectiva si se sustenta en la
intersubjetividad, es decir, en el sentido común, es cada uno quien
juzga pero ateniéndose de alguna forma a que los demás también
puedan juzgar así. Cuando Kant establece, de esta forma, qué es lo
estético está poniendo en cuestión una importante gama de
planteamientos sobre el gusto y la belleza. Primeramente discute a los
empiristas quienes defendían que el fundamento del gusto era la
experiencia o que el gusto tenia principios uniformes en la naturaleza
humana, por otro lado discute a los racionalistas a los que advierte que en
el juicio del gusto no están en juego elementos cognitivos o conceptuales.
Si para Kant todo pasa por el sujeto, el Idealismo alemán
(Fichte, Schelling y Hegel) llevara esta idea a su culmen.
12. La Fuente (1917), Marcel Duchamp. Rueda de bicicleta. 1913.
Ready-made de M. Duchamp.
Duchamp con su arte “anti-retiniano” (huye de la abstracción) deja al
arte exclusivamente bajo el dominio de la mente.
13. Schelling argumentara que la belleza no debería de tener los
límites impuestos por Kant, señala la noción del Todo como
Absoluto, para así resolver los problemas derivados de las distinciones
kantianas. Así lo bello no es únicamente lo que place a nivel
universal, no se debe solo a lo subjetivo, sino también a cualquier
objeto.
Al fundir la belleza absoluta con el todo, sin establecer
limites, todo pasa a ser bello desde la totalidad, lo feo simplemente
sería menos bello que otros objetos. Schelling utiliza y transforma las
ideas de Kant.
Mientras la estética moderna sigue el modelo kantiano y deviene en un
arte en el que se prefigura la ausencia de conflicto, en el que el dolor y
el conflicto están por lo menos suspendidos en la obra de arte, en la
práctica artística contemporánea se subraya el rechazo al orden, e
incluso la repulsa a un sistema bipolar (lo feo Vs lo bello, lo útil Vs lo
accesorio) complicando -y regocijándose en ello- la percepción del
mundo, e incluso proponiendo la ausencia total de sentido.
14. Aunque de forma más distorsionada Kant sigue estando presente en
todo el arte actual, y ello es porqué con muy pocos elementos consiguió
explicar fenómenos muy diversos.
Si la belleza es algo objetivo, por ejemplo basada en la
perfección, ¿La perfecta reproducción de unos seres sufriendo, El
Laocoonte es bella?, si la belleza es algo subjetivo, es decir que la
valoramos a partir de factores culturales o históricos, ¿por qué
apreciamos como bellas una estatuilla griega de terracota y la
contemplación de la aurora boreal? No compartimos la misma cultura
todos los humanos, pero ya no podemos afirmar con tanta seguridad
que tampoco compartimos la misma psicología.