Las plantas han desarrollado varias adaptaciones para dispersar sus semillas lejos de la planta madre, como semillas con alas que permiten que el viento las transporte, semillas que flotan en el agua, y frutos que atraen animales que los comen y dispersan las semillas a nuevos lugares a través de sus heces. Estas adaptaciones son importantes para que las especies colonicen nuevos hábitats y sobrevivan.