El sistema educativo actual enfrenta descontento y frustración porque trata a todos los estudiantes de la misma manera, a pesar de sus diferencias individuales. Los métodos de enseñanza se centran en la memorización a corto plazo en lugar de la comprensión, y tanto los estudiantes como los profesores a menudo no se enfocan realmente en el aprendizaje. Además, aunque la tecnología podría ser útil, a menudo se usa más para distraer que para enseñar de manera efectiva.