Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado en 1799 y estableció el Consulado, siendo elegido como Primer Cónsul por 10 años. En 1804 se coronó como emperador del primer imperio francés. Su principal enemigo fue Inglaterra, quien se unió a otras naciones en varias coaliciones para enfrentarlo, aunque Napoleón logró importantes victorias como en Austerlitz y Jena. Ante la imposibilidad de invadir Inglaterra, trató de asfixiarla económicamente.