Este experimento busca demostrar el principio de Arquímedes mediante la formación de una gota ingrávida de aceite de oliva suspendida en una mezcla de alcohol y agua. Se vierte aceite de oliva en un vaso y este se sumerge en alcohol en un recipiente mayor. Luego se añade agua lentamente al vaso, haciendo que la superficie del aceite se vuelva convexa hasta desprenderse en una esfera flotante debido a que el aceite es más denso que la mezcla circundante.