La identidad del docente requiere superar el modelo tradicional y construirse a través del compromiso ético, la implementación de nuevos modelos pedagógicos centrados en el aprendizaje del estudiante, y el desarrollo de características personales y profesionales como la responsabilidad, honestidad, respeto, justicia y equidad. La identidad docente también se forma mediante la actualización continua y asumiendo nuevas posturas ante los cambios en la enseñanza para preparar a los ciudadanos.