El documento describe tres ámbitos de prácticas sociales del lenguaje en la educación: 1) ámbito de literatura, con énfasis en la lectura compartida y análisis de textos literarios; 2) ámbito de estudio, para apoyar la expresión oral y escrita académica; y 3) ámbito de participación social, con el objetivo de ampliar los espacios de incidencia de los estudiantes y favorecer el desarrollo de formas de comprender y actuar en el mundo.