Este documento discute la importancia de la educación sexual en la infancia. Señala que los niños y niñas comienzan a formarse ideas sobre sexualidad desde una edad temprana y que necesitan recibir respuestas claras y auténticas de sus padres sobre este tema. La educación sexual debe incluir información fisiológica pero también hablar sobre comunicación, afectividad, responsabilidad y placer. Los padres juegan un papel clave en educar a sus hijos sobre sexualidad de una manera que les permita crecer felices y saludables
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
Documento sobre las diferentes fuentes que han servido para transmitir la cultura griega, y que supone la primera parte del tema 4 de "Descubriendo nuestras raíces clásicas", optativa de bachillerato en la Comunitat Valenciana.
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
1. La sexualidad está presente a lo largo de toda nuestra vida. Desde muy temprano
las niñas y los niños se van formando sus propias ideas sobre las diferencias entre
los sexos, las relaciones sexuales, el embarazo, etc.
No siempre estas ideas son correctas o facilitadoras de un desarrollo adecuado.
Se hacen muchas preguntas que necesitan ser respondidas, ya que de lo
contrario, buscarán las respuestas en fuentes poco apropiadas: amigos y amigas,
revistas, películas…
Los niños y las niñas
necesitan respuestas
claras y auténticas
sobre el origen.
Es responsabilidad de los padres y las madres, no sólo de la escuela, educar a
sus hijos e hijas acerca de la sexualidad. La educación sexual no es únicamente
dar información sobre los órganos sexuales, la reproducción o los anticonceptivos,
sino que es hablar también de comunicación, de afectividad, de responsabilidad y
de placer.
Educar no sólo supone describir los aspectos fisiológicos y anatómicos de la
reproducción. También hace falta hablarles del amor, la amistad, el placer, la
responsabilidad…
Las madres y los padres queremos que nuestras hijas e hijos crezcan felices y
saludables.
¿Qué diferencias
¿De dónde existen entre niños y
ha salido mi niñas?
hermanito?
2. La sexualidad es uno de los fundamentos de la experiencia humana. No es algo que tenemos,
sino algo que somos. La sexualidad es la forma en la que cada cual expresa, comunica, siente,
intima, da y recibe placer con la palabra y los cinco sentidos de su cuerpo sexuado .En la medida
que hombres y mujeres tenemos cuerpos diferentes, expresamos y sentimos parte de nuestra
sexualidad de manera distinta. Esto no significa que todas las personas del mismo sexo expresan
su sexualidad del mismo modo. Todo lo contrario, existen muchas formas de sentir y expresar la
sexualidad siendo mujer y siendo hombre. La expresión de la sexualidad no es instintiva, no está
grabada y marcada por nuestro código genético; por el contrario, tiene mucho de aprendido. Por
eso, es diferente en cada persona y en cada contexto cultural y/o histórico.
En la etapa de la infancia, descubrir el placer que
proporciona el propio cuerpo va unido a permitirse
disfrutar del placer en todos los ámbitos de la vida:
placer por comer algo gustoso, placer de jugar con
los amigos, placer de divertirse, placer de amar a los
padres, placer de recibir amor. Es decir, el placer de
disfrutar de las cosas que nos da la vida.
En esta fase de desarrollo sexual infantil,
los genitales del niño y de la niña reciben por primera
vez en su corta vida, una intensa y
concentrada carga de excitación.
En el caso de los niños, las erecciones son
frecuentes y en las niñas la líbido va a activar
sensaciones intensas en el clítoris (en la zona de la
vagina no será hasta llegado a la pubertad).
3. Si durante este periodo no se respeta, ni se da permiso a
esta iniciativa que viene de la mano de la fuerte curiosidad e
excitación genital, entonces se genera en el niño el sentimiento de
culpa.
Estas sensaciones son las que les llevarán a rozarse, arrimarse,
masturbarse para dar salida a estas sensaciones en su cuerpo. Y como
estas sensaciones son intensas, los genitales del niño y de la niña se
convierten en estas edades en un canal importante, sano y natural,
de descarga de la energía que generan las excitaciones de su
cuerpo.
Por eso es necesario que los adultos no castremos, no reprimamos, ni
juzguemos de feo o de malo las conductas de roces y masturbación en
los niños pequeños.
El peligro está en que este sentimiento de culpa pase a ser dominante
en el niño, silenciando con ello su propia iniciativa y autoexpresión e
intercediendo negativamente en la construcción de su autonomía.
Un niño que cuando se toca o roza sus genitales porque está
explorando y dando una salida sana a estas sensaciones tan intensas,
siente la represión de sus padres o educadores, se va a sentir
culpable de sentir curiosidad, de tener ganas de saber más sobre su
cuerpo y sobre el cuerpo de los demás, de tener iniciativas.
Afectándole de manera directa en su manera de relacionarse con los
demás, de entender el amor, su forma de amar a los demás y de
disfrutar con el placer en todos los ámbitos de la vida, y además,
también le va a afectar al desarrollo de su inteligencia.