Por su parte Begoña (Ob. cit.) manifiesta lo siguiente, con respecto a la tendencia que tiene la espiritualidad del ser: Es una revolución silenciosa orientada a la humanización y construcción de sentido de las personas y también de las organizaciones, una búsqueda de transcendencia. El deseo de construir un mundo nuevo y mejor, es hoy por hoy una aspiración global que solo podrá hacerse realidad a través de la reafirmación del lado espiritual de la naturaleza humana. Que en realidad sería el centro, el eje, el motor, la esencia y sustancia del quehacer humano en complementación con la excelencia técnica que deberá llevar a crear organizaciones efectivas y a contribuir de manera decisiva con la mejor calidad de vida de las sociedades (p. 6)