El documento describe los principales cambios en el pensamiento filosófico durante el periodo moderno, incluyendo el desplazamiento de cuestiones teológicas a favor de problemas naturales y humanos, el énfasis en el sujeto humano como punto de partida del conocimiento, la primacía de la gnoseología sobre la ontología, y la variación del concepto de verdad enfocado más en el intelecto humano que en las cosas mismas.